20 de junio “Mi alma también necesita tiempo al sol para recordar quién es.” Lo que esta frase me enseña: No todo lo esencial ocurre en el hacer. A veces, lo más profundo sucede cuando me detengo, respiro, y me dejo bañar por la luz. Así como la piel se enciende con el calor del sol, el alma también florece cuando le doy espacio para simplemente ser. Hoy me permito no producir, no resolver, no correr… Solo estar. Porque en la quietud luminosa, mi alma recuerda su forma, su origen, su belleza. Puntos clave para integrar: Honrar la pausa como acto sagrado. El alma necesita descanso, no sólo acción. Recibir la luz sin prisa. Hay claridad que solo llega cuando dejo de moverme. Reconectar con la esencia. Cuando me dejo estar, me vuelvo a encontrar. Nutrirme con lo simple. La luz, el calor, el silencio… también son alimento. Pautas prácticas para el día: Diario: ¿Qué olvido de mí misma cuando no paro? ¿Qué podría recordarme si simplemente me detengo bajo la luz? Ritual de sol consciente: Dedica hoy unos minutos al sol. No hagas nada. Solo siéntelo. Permite que te abrace. Gesto de reconexión: Apaga el ruido un rato. Vuelve a ti. Deja que la luz te diga quién eres. Afirmación del día: “Mi alma florece cuando le doy tiempo para recordar su luz.” —------------------------ 📝Rocío Castillo Castillo.  Autora, coach y exploradora del alma humana. Guiando el viaje hacia una vida plena y en calma.