EMBARAZADA DE MI AMANTE🤰 CAPÍTULO 11 Guillermo permaneció un mes internado, un mes donde ni siquiera me nació ir a visitarlo! No lo llame nunca, no preguntaba por él, era del pensar que debemos hacer las cosas que nos nacen y a mí sencillamente no me nacía nada de lo que pasara con Guillermo! En aquel momento mi vida solo se centraba en Juan Pablo y que se recuperara bien y rápido para que ambos regresáramos a trabajar, prácticamente yo me había ido a vivir al apartamento de Juan Pablo haya dormía todos los días para estar al pendiente de él. Cuando Guillermo me llamó para decirme que le habían dado de alta, ese mismo día regrese a mi casa. Si alguien me hubiese dicho lo que me esperaría al volver nunca hubiese regresado, Guillermo físicamente se notaba mal, había perdido aproximadamente unos 10 kilos de peso, su piel lucía reseca y amarilla, sus pasos eran lentos, parecería que no nos habíamos visto en unos 10 años atrás y no, tan sólo había pasado un mes. En cuanto me vio, corrió hacia mis brazos, me extrañaba mucho y entendía que no fui a verlo por el embarazo, le pregunte que le había pasado, de verdad su aspecto me aterraba, no era el Guillermo con el que vivía hace 8 años, con lágrimas en los ojos y profunda tristeza me confeso que le diagnosticaron leucemia (cáncer en la sangre), la tenia algo avanzada y los doctores querían ganar tiempo, durante aquel mes internado aprovecharon para hacerle un ciclo de quimioterapias y ver su evolución, me contaba que aquel tratamiento era terrible, lo debilitaba totalmente hasta el punto de no lograr mantener bocado alguno en el estomago todo lo vomitaba, le reclame el por que no me dijo y sólo respondió que no quería preocuparme, que lo más importante para él era "nuestro hijo", me encontré en una situación difícil, ahora yo debía ser el apoyo de Guillermo, ayudarlo en el proceso de cáncer y encima estaba embarazada y no sabia quien era el padre, calculaba las fechas en el que tuve relaciones con Juan Pablo en aquel viaje de "capacitación" que hicimos y las fechas coincidían perfectamente, era obvio, yo estaba embarazada de mi amante, ahora como le daría semejante bomba a Guillermo en el estado en el que estaba, mi familia ya lo sospechaba y la insinuaciones que me hacia mi madre eran obvias, ella fue la única que continuaba con el interrogatorio de lo que realmente había ocurrido el día de mi cumpleaños, Guillermo no tocó más el tema, mis compañeros de trabajo tampoco, pero mi madre continuaba insistiendo en que contara la verdad. Guillermo seguía siendo muy cariñoso conmigo, acariciaba mi barriga todos los días y le hablaba al bebé, no le importaba llegar cansado de las quimioterapias, él siempre me regalaba un beso y se recostaba a mi lado a acariciar mi barriga. Mi incapacidad había terminado y debía regresar a mi trabajo, allá aprovechaba para ver nuevamente a mi amor y él al igual que Guillermo demostraban cariño a mi barriga, tenía a dos hombres que amaban a mi barriga mucho más que yo, aún no me hacia a la idea de estar embarazada tampoco soportaba tener que atender a Guillermo, le tenia aprecio y hasta lastima por su condición pero no quería estarle limpiando ni los vómitos ni tener que bañarlo por la debilidad que manifestaba, yo no quería nada de eso para mi vida, por más que se contrato una enfermera para que nos ayudara en la casa, él pedía que yo estuviera al tanto de todo, él quería que fuera yo la que hiciera todo ese tipo de cosas que no quería hacer, en ocasiones me parecía injusto, estaba embarazada y me pedía hacer ese tipo de cosas, no soporté la carga emocional y de responsabilidades que llevaba y en un arranque de total emociones le dije a Juan Pablo que me iría a vivir con él y aceptó encantado, hablé con Guillermo y al término de su cuarto ciclo de quimioterapias y con él dolor del alma le confesé todo, de la relación que tenia con Juan Pablo, de meses atrás, que él no era gay y que estaba embarazada de mi amante, como psicóloga comprendo que las emociones hacen parte del proceso de recuperación de los pacientes, pero yo quería hacer las cosas que de verdad me nacían hacer, Guillermo se arrodilló y decía que me perdonaba pero que por favor no lo dejara, que no soportaría vivir sin mi, que no le importaba que yo estuviera embrazada de otro, a mí no me importaron sus súplicas y sin dar marcha atrás empaque mis cosas y me fui de la casa. Continuará. Pd: deja tu bonita reacción si te gusta este tipo de lectura.