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June 2, 2025 at 07:58 PM
𝐂𝐎𝐍𝐂𝐈𝐄𝐑𝐓𝐎 🎵 𝐏𝐎𝐋Í𝐓𝐈𝐂𝐎 ✍️ Bibiano Moreno Montes de Oca 🐷 𝑳𝒂 𝒅𝒆𝒍𝒊𝒓𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒐𝒃𝒓𝒂 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑶𝒓𝒘𝒆𝒍𝒍 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒂𝒏𝒊𝒎𝒂𝒍𝒆𝒔* Una pequeña joya de la literatura universal podría no ser el apropiado para definir a la novela Rebelión en la granja, que el inglés George Orwell escribió en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Creo que más justo sería elevarla a la categoría de obra maestra, junto con 1984, su otra obra más conocida en el mundo entero –sobre la que escribí hace poco—, aun cuando son tan parecidas y, paradójicamente, tan distintas al mismo tiempo. Si bien 1984 se centra en un Estado totalitario donde todo lo controla un misterioso personaje conocido como el Gran Hermano (los carteles fijados por todas partes, con la figura de ojos atigrados de un personaje de enormes bigotes que lo domina todo desde la posición en la que se encuentra, no pueden ser más explícitos con el lema que tienen impreso: “El Gran Hermano te vigila”), Rebelión en la granja hace otro tanto… pero con animales de protagonistas. Por esa razón es que algún crítico literario de su tiempo comparó a Rebelión en la granja con Los viajes de Gulliver, que también aborda temas políticos con sus personajes diminutos, si bien es cierto que Orwell va mucho más allá que su colega Jonhattan Swiffe. De hecho, para justificar su decisión de no publicarlo, algún editor argumentó que hubiera sido mejor si la diatriba se hubiera hecho a las dictaduras en general, no expresamente a la estalinista, como se hace en la novela de la que hoy me ocupo. El propio Orwell, en su prólogo para la novela que permaneció inédito durante más de dos décadas, admite que en su tiempo –durante la guerra y en la pos guerra— resultaba más sencillo para la prensa y los editores de libros atacar tranquilamente a Winston Churchill, el primer ministro de Inglaterra, que a los “aliados” de la Unión Soviética; en especial, al “camarada” Stalin. Aunque en cuatro editoriales rechazaron la publicación de la novela, por fin hubo un editor que se atrevió a hacerlo ya para terminar la Segunda Guerra Mundial. No pudo haberse dado mayor acierto: sin lugar a dudas y sin regatearle ningún mérito literario, se puede decir que Rebelión en la granja es una obra monumental por el mensaje universal que contiene: todo totalitarismo es malo para la salud de un país, cualquiera que sea su ideología. Se puede ver muy sencilla la trama, pero no lo es. Eso sí: existe un paralelismo fundamental de la forma de manejarse entre los animales que se rebelan en la Granja Manor, propiedad del señor Jones (representante del “capitalismo explotador”), y el poder que se establece en la conocida entonces como Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), a cuya cabeza llegan, tras la muerte de Lenin, los camaradas Stalin y Trotsky, que en la fábula orwelliana son identificados como los cerdos Napoleón y Snowball, al principio constantemente en disputas por el liderazgo. A los simpatizantes del comunismo, pero sobre todo del imperio soviético, les causaba urticaria que fueran precisamente los cerdos los que se erigieran con el liderazgo en la Granja Manor, que al triunfo de la causa se convierte en Granja Animal, para finalmente volver a su nombre original, cuando los animales se dan cuenta que su rebelión contra el señor Jones fue inútil y que, entre hombres y cerdos, ya no había forma de distinguir cuál era uno y cuál el otro. Al principio, como en toda Revolución que se precie de serlo (y la Historia se ha encargado de demostrarlo en repetidas ocasiones), las razones que llevan al triunfo no pueden ser más generosas, reivindicadoras, justicieras y todo cuanto se le ocurra al entusiasta promotor. Así, tras pasar de un régimen de explotación, de privaciones y demás, se pasa a otro de grandes planes, ideas, y propuestas en las que participan todos muy democráticamente. Casi de inmediato los cerdos asumen el control de la granja. Sin embargo, con un delirante paralelismo con la URSS, las confrontaciones entre los liderazgos de Napoleón y de Snowball llegan al punto en el que uno tiene que ser desterrado por “traición” al movimiento contra el señor Jones. En adelante, aun cuando el cerdo al que se toma por “disidente” haya participado heroicamente en la batalla que a los animales les dio el triunfo sobre los humanos, se crean todo tipo de rumores y falsedades sobre supuestas retorcidas intenciones. El paralelismo de las disputas entre Stalin y Trotsky en la URSS no puede ser más atinado en la obra de Orwell. Así, igual que sucede entre los bolcheviques que asumieron el control de la ex Rusia zarista, Snowball es borrado de la historia oficial y se convierte en el blanco favorito para culparlo y achacarle todos los males que se dan en el proceso de desarrollo de la granja –con sabotajes incluidos—, que algún tiempo se conoció como República Animal. 𝑳𝒊𝒏𝒌 𝒆𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 👇 https://www.facebook.com/share/p/12Gv6rALJhm/?mibextid=wwXIfr

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