RB | *22 junio 2025* | Denles _*“Pronunció la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente” (Lc 9,16)*_ La ambición y el acaparamiento son dos actitudes humanas consumistas y depredadoras que crean injusticia y suscitan violencias. El afán de tener lo que queremos o de apropiarnos de lo que hemos recibido, nos hace insensibles ante la necesidad de los demás, crueles ante la penuria de los pobres y horriblemente igualados con la élite abusadora e insensible que no acepta ningún freno a su hedonismo. Con todo, también existen personas dispuestas a “perder, compartir, distribuir y fraternizar”. Es el “milagro” de la rehumanización, superando los pecados mortales de la acumulación y del acaparamiento. En lugar de que uno solo se coma cinco mil panes, hay gente dispuesta a compartir-distribuir lo poco que tiene entre los muchos que necesitan, multiplicando solidaridad y sumando fraternidad. Se trata de no crear mendigos sino “hermanos”; no exhibir generosidad sino construir “solidaridad”; no provocar dependencia sino hacernos “interdependientes”; no consumir derechos sino compartir “dignidad”…. entre todos y todas, sin exclusiones morales o religiosas, con la alegría del samaritano y el abrazo del hermano. Para que sea posible este nuevo mundo sin hambre y con solidaridad, Jesucristo nos invita a organizarnos, darles de comer y recoger las sobras… como milagro esencial de amor y fe. Se trata de “organizar” la solidaridad para que no se convierta en dominación sino en dignidad; se trata de “darles de comer”, para que la evangelización no se llene de palabras religiosas que carecen de contenido humanizador; se trata de “recoger las sobras”, para que el despilfarro injusto de unos no se transforme en miseria de otros, y no sigamos acumulando basura sino repartiendo esperanza. Que nuestros corazones -saneados por el amor- se unan para “bien-decir” y “bien-hacer” lo mejor para los necesitados de esperanza, ….sin exigirle a Él lo que nos toca hacer a nosotros/as: “el milagro eucarístico de la samaritaneidad”.