*Nota del dia* Junio paso de la mitad de su transcurrir y se asoma otro julio electoral con malos recuerdos y tristes consecuencias. Pocos recuerdan ya a los presos políticos que cayeron en julio del año pasado, creyendo en la promesa del liderazgo que les ofreció ganar y cobrar. El problema, como siempre no fue ganar sino cobrar. El arrebatón violento se cebó con los jóvenes de los barrios que entienden que el lenguaje que entiende ese régimen es el de la violencia real o prometida. A ese régimen los lives de Instagram o los rosarios en familia poco le importan. Por eso el liderazgo se agotó antes de sus precedentes. Guaidó duró más que María Corina/Edmundo, pero menos que Leopoldo/Lilian con sus trenzas. Ya de Capriles ni nos acordamos. Los presos siguen presos. Los muertos, de más está decir que muertos siguen. Y la lista de desaparecidos es sorprendente. Ya nadie pueee decir dónde demonios está la otrora locuaz y brejetera Delsa la Mensa o el pizpireto Prosperi o el tarúpido estructural de Caleca o esa equivocación social andante que es el Conde del Guácharo. Y más patético aún: a nadie le interesa la suerte de esos despojos. ¿Usted extraña a Edmundo? ¿Se pregunta por la suerte de Ledezma? ¿Perdió el sueño por la última promesa de la ínclita nefelibata, reina del carnaval estudiantil del colegio Mérici, promoción 81? No. Yo tampoco. *Daniel Lara Farías* _Enemigo de Todos_