El judaísmo y el islam son militantemente iconoclastas porque ambas niegan el misterio central del Cristianismo: la Encarnación del Verbo divino. El Dios invisible, se hizo visible. El Dios impasible, se hizo pasible. El Dios impalpable, se hizo palpable. El Dios sin forma, tomó forma humana. El Dios intrascendente, se hizo inmanente. Felipe le pregunta: "muéstranos al Padre, y esto nos basta". Jesús responde: "El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre" (Juan 14:8). Ya no estamos bajo la antigua dispensación del Viejo Pacto, cuando Dios aún no se había manifestado al mundo de manera plena; estamos bajo la plenitud del Nuevo y Mejor Pacto, cuando "Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos" (Gálatas 4:4-5). Dios se ha encarnado. La Deidad se ha revelado. Dios mismo nos ha dado Su imagen visible: Cristo Jesús, el Hijo de Dios, "Él es la imagen del Dios invisible" (Colosenses 1:15). Entienda quien pueda ... === Imagen: una de las imágenes más antiguas usada por los Cristianos primitivos de Cristo Jesús, titulada en griego, Χριστὸς Παντοκράτωρ, o, "Cristo gobernante de todo", en el antiguo templo cristiano Hagia Sophia en Constantinopla. La misma imagen se encuentra en el Monte Sinai dónde se encontró Códice Sinaítico, uno de los manuscritos más antiguos y completos de la Biblia, y contiene la copia completa más antigua del Nuevo Testamento, que data del siglo IV (la mayoría de nuestras Biblias modernas se basan en él). Tristemente, Constantinopla cayó a los turcos musulmanes en 1453, y cambiaron la catedrales cristianas en mezquitas, y como pueden apreciar en la imagen, borrar y eliminar toda imagen de Cristo Jesús nuestro Señor (aunque esta todavía ha sobrevivido en parte; nótese la nomina sacra a los lados de la imagen, lo mismo encontramos en los manuscritos bíblicos más antiguos). No somos musulmanes. No somos judíos. Somos Cristianos.