EvDH:”Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.” En la invitación está el método. Lo primero es, en oración, sabiendo que Él nos guía y nos ama, revisar nuestro corazón, pedirle su ayuda para que los tesoros que contiene sean del Cielo, de esos que son a Plazo Eterno. Acumular suele ser un verbo negativo, pero al ser tesoros del Cielo no se estorban, se suman. No se esconden pues están ahí por haber compartido y por generosidad. Nuestro primer y más importante tesoro es Jesús, si él está y tiene Su Lugar en nuestro corazón, lo demás se acomoda. Con alegría pedimos al Espíritu Santo que nos ayude en purificar nuestro corazón y a acumular tesoros en el Cielo que nos espera, mientras hacemos Su Voluntad aquí en la tierra.