
GRUPO OBRERO DE FORMACIÓN MARXISTA - JORNAL
February 7, 2025 at 12:03 AM
*El Saqueo Globalizado: Cómo el Capitalismo Extractivista Devora los Territorios y las Vidas en Huancavelica*
_06/02/25_
La iniciativa de la corporación transnacional Teck en el distrito de Nuevo Occoro (Huancavelica) —mediante el denominado *proyecto Tina*— ejemplifica las dinámicas del capitalismo global en su fase imperialista, tal como Lenin (1916) caracterizó la penetración de grandes consorcios en territorios periféricos para la apropiación de recursos estratégicos. Este programa de exploración, orientado a la extracción de cobre y oro, no constituye un hecho aislado, sino un eslabón en la cadena global de *"acumulación originaria"* descrita por Marx: *"El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, el exterminio, la esclavización y el enterramiento en las minas de la población aborigen [...] señalaron los albores de la era de producción capitalista"* (El Capital, Vol. I, Cap. XXIV). Históricamente, Huancavelica —región donde el 49.7% de la población vive en pobreza multidimensional (INEI, 2023)— ha sido víctima de este modelo desde el Virreinato, cuando el mercurio de Santa Bárbara (1564-1786) financió la acumulación primitiva europea a costa del genocidio indígena (Cook, 1981).
Es importante destacar que este proceso no solo involucra a corporaciones transnacionales como Teck, sino también a una poderosa burguesía comercial y financiera peruana que ha consolidado sus intereses en el sector minero. Según un informe del Instituto de Estudios Peruanos (IEP, 2021), familias empresariales como los Benavides, Román y Miró Quesada controlan conglomerados que operan en zonas andinas como Huancavelica, Cajamarca y Apurímac, beneficiándose de la explotación de recursos naturales mientras externalizan los costos sociales y ambientales a las comunidades locales. Estos grupos económicos, articulados con el capital financiero internacional, actúan como intermediarios entre las comunidades y las corporaciones extranjeras, asegurando la reproducción del sistema extractivista mediante prácticas clientelistas y la captura del Estado.
La Declaración de Impacto Ambiental (DIA), presentada al Ministerio de Energía y Minas (Minem), opera como un dispositivo de explotación que enmascara la contradicción fundamental entre el metabolismo del capital y la reproducción social de la naturaleza. Los 20,000 metros de perforación diamantina, distribuidos en 40 sondajes, no solo buscan cuantificar el *"valor de uso transformado en valor de cambio"** (El Capital, Vol. I, Cap. I), sino que materializan la mercantilización de la tierra, transformando bienes comunes en capital fijo. Este modelo se replica en el 63% de concesiones mineras activas en Perú (ANA, 2023), donde solo el 1.5% del territorio nacional está libre de superposición con derechos mineros. El proceso, justificado bajo el eufemismo de "evaluación geológica", encarna la lógica de la *plusvalía relativa*: *"La producción de plusvalía relativa revoluciona de arriba abajo los procesos técnicos de trabajo y los agrupamientos sociales"* (El Capital, Vol. I, Cap. X), donde la intensificación tecnológica (perforaciones de 500 m) amplía la frontera extractiva para garantizar la tasa de ganancia del monopolio canadiense. Cabe recordar que Canadá controla el 57% de la inversión minera en Perú (OSEE, 2022), patrón que refleja la integración asimétrica de economías periféricas en la estructura del capitalismo global, consolidada desde el Tratado de Libre Comercio bilateral (2009).
En este contexto, la burguesía comercial y financiera peruana juega un papel clave al facilitar la inserción de estas economías locales en el circuito global del capital. Por ejemplo, empresas como Volcan Compañía Minera S.A.A., vinculada a la familia Benavides, han sido acusadas de evadir impuestos mediante transferencias de precios y paraísos fiscales, según un reporte de Oxfam (2022). Estas prácticas permiten que las élites nacionales maximicen sus ganancias mientras perpetúan condiciones de subordinación económica frente al capital transnacional.
El cronograma de 20 meses —dividido en construcción, operación y un cuestionable "cierre ambiental"— revela la temporalidad depredadora del capital, que impone ciclos de acumulación acelerados sobre tiempos ecológicos y comunitarios. Los 13 meses asignados a la "recuperación de componentes ambientales" contrastan con la irreversibilidad documentada de los daños por perforación profunda (Foster, 2000), evidenciando lo que Marx denominó *metabolic rift*: *"La producción capitalista solo desarrolla la técnica y la combinación del proceso de trabajo social, socavando al mismo tiempo las fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el trabajador"* (El Capital, Vol. I, Cap. XV). En la región Pasco, operaciones similares han generado 3,200 pasivos ambientales mineros no remediados (OEFA, 2023).
La fase de "post-cierre" (4 meses), que promete "estabilidad geoquímica e hidrológica", constituye una fantasía tecnocrática que omite la experiencia histórica: el 78% de proyectos mineros en el Perú han incumplido estándares de remediación (CooperAcción, 2022). Esta ficción jurídico-ambiental refleja la *dictadura de clase* ejercida a través del Estado burgués (Poulantzas, 1968), donde el Minem opera como aparato de legitimación de la acumulación extractivista. Como advierte Marx: *"El Estado no es más que un comité que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa"* (Manifiesto Comunista), realidad confirmada por el hecho de que solo el 2% de las DIAs presentadas fueron rechazadas por este ministerio (SINIA, 2023).
La concentración de 11 meses en "construcción y habilitación" demuestra cómo el capital traslada costos de reproducción social a las comunidades campesinas, externalizando las crisis ecológicas mientras privatiza las ganancias. Este despojo agudiza la *proletarización de los pueblos originarios*, confirmando la tesis de Marx: *"La acumulación de riqueza en un polo es, al mismo tiempo, acumulación de miseria, tormentos de trabajo, esclavitud, ignorancia, brutalidad y degradación moral en el polo opuesto"* (El Capital, Vol. I, Cap. XXV). Según la Autoridad Nacional del Agua (2023), el 62% de conflictos socioambientales en Perú están vinculados a minería, con 148 casos activos en 2023.
*Resumiendo*
El proyecto Tina sintetiza las contradicciones del extractivismo en el marco del capitalismo global:
1. *Explotación de la naturaleza como condición de la acumulación de capital*, donde *"el trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de los valores de use [...] que son los que materializan la riqueza"* (Crítica al Programa de Gotha, Marx, 1875).
2. *Subsunción real del territorio al circuito global de commodities*, operando bajo la lógica de *"la metamorfosis de la mercancía: M-D-M’"* (El Capital, Vol. II, Cap. I), donde Perú exporta el 60% de su cobre a China (Sunat, 2023).
3. *Violencia epistémica* que impone categorías mercantiles sobre cosmovisiones andinas, negando que *"las fuerzas productivas materiales deben entrar en contradicción con las relaciones de producción existentes"* (Teorías de la Plusvalía, Cap. XVII).
Frente a esto, solo la organización popular antiimperialista —articulando luchas ecoterritoriales con crítica al modo de producción capitalista— puede oponer resistencia histórica a esta nueva fase de integración subordinada al capitalismo global. Es crucial señalar que esta resistencia debe incluir la denuncia de la complicidad de la burguesía comercial y financiera peruana, cuyos intereses convergen con los del capital transnacional para perpetuar el saqueo de los territorios y la explotación de las comunidades andinas.