
GRUPO OBRERO DE FORMACIÓN MARXISTA - JORNAL
February 19, 2025 at 01:39 AM
*La catástrofe socioambiental en el Perú*
_18/02/25_
*Contexto sociohistórico y contradicciones estructurales*
Las recientes precipitaciones extremas en el Perú, que han provocado 46 víctimas mortales, más de 8.500 damnificados y la destrucción parcial o total de 27.486 viviendas, no constituyen un fenómeno meramente "natural". Como señala Marx en *El Capital* (Vol. I), *"la naturaleza no produce por un lado poseedores de dinero o de mercancías y, por el otro, hombres que no poseen otra cosa que su propia fuerza de trabajo"* (Marx, 1867). Este impacto devastador debe analizarse desde la lógica de las relaciones de producción capitalistas y la incapacidad del Estado burgués para garantizar condiciones materiales mínimas de supervivencia a las masas obreras. La mercantilización del suelo, impulsada por sectores de la burguesía comercial ligados a la agroexportación y la especulación inmobiliaria —como los consorcios que controlan tierras en San Martín y Loreto—, junto con la privatización de servicios básicos, reflejan la subordinación de las políticas públicas a los intereses de las clases dominantes. Estas, representadas por cámaras de comercio y gremios empresariales que operan en regiones como Ica y Áncash, priorizan la acumulación de capital sobre la reproducción social de la vida, un proceso que Marx denuncia en *Teorías de la plusvalía*: *"La producción capitalista no existe para satisfacer necesidades, sino para producir plusvalía"* (Marx, 1863).
*La proletarización del campesinado y la vulnerabilidad material*
La destrucción de infraestructura crítica —incluyendo colegios, hospitales y sistemas de drenaje— en regiones como Huánuco, San Martín e Ica, expone la condición precaria de las comunidades rurales y periurbanas, sometidas históricamente al abandono estructural. Estas poblaciones, integradas mayoritariamente por campesinos semiproletarizados y trabajadores informales, enfrentan la explotación de una burguesía comercial regional cuyos intereses se concentran en la extracción de recursos y la expansión de monocultivos —caso de los grupos agroindustriales en el Valle del Mayo—. La activación de quebradas y el desborde de ríos, como el Higueras y el Huallaga, son consecuencia directa de la deforestación masiva impulsada por estas élites económicas, cuyas alianzas con el aparato estatal garantizan impunidad ante prácticas depredatorias. Aquí se manifiesta lo que Marx define en *El Capital* (Vol. III) como *"la explotación incondicional de la naturaleza […] que solo considera las consecuencias más inmediatas y tangibles"* (Marx, 1894), sacrificando la sostenibilidad ambiental en aras de la rentabilidad.
*El Estado burgués y la gestión capitalista de las crisis*
Las recomendaciones emitidas por el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), centradas en medidas reactivas como "evitar actividades cerca de los ríos", evidencian la naturaleza superficial de la respuesta estatal, diseñada para proteger los circuitos comerciales de la burguesía —como los corredores logísticos en Ucayali o la carretera Marginal de la Selva— antes que la vida de los trabajadores. En lugar de abordar las causas estructurales —como la falta de inversión en infraestructura resiliente—, el Estado prioriza salvaguardar los intereses de consorcios constructoras y empresas de agroexportación, beneficiarias históricas de contratos públicos y subsidios. Esta dinámica refleja la crítica de Marx en *Teorías de la plusvalía*: *"El capital convierte en regla general no solo el trabajo excedente, sino hasta el trabajo necesario, en medida creciente, en trabajo ajeno e impago"* (Marx, 1863). La persistencia de umbrales hidrológicos críticos en múltiples regiones demuestra la complicidad entre el poder político y sectores como la minería ilegal en Madre de Dios o la agroindustria en Piura, cuyas operaciones agravan la vulnerabilidad ambiental.
*La dialéctica de la naturaleza y la lucha de clases*
La continuidad de las lluvias, pronosticada hasta el 21 de febrero, agudizará las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción vigentes. La incapacidad del sistema para garantizar seguridad ante desastres —visible en el colapso de 635 viviendas y la inhabilitación de 3.354 más— refuerza la tesis de que solo mediante la socialización de los medios de producción, hoy controlados por oligarquías regionales como los grupos económicos de La Libertad o Lambayeque, podrá superarse el ciclo de destrucción-reconstrucción que enriquece a contratistas y bancos. Marx advierte en *El Capital* (Vol. II) que *"la circulación del capital […] presupone la destrucción constante de una parte del producto social"* (Marx, 1885), un fenómeno que, en este caso, se traduce en la mercantilización de la tragedia humana.
*Hacia una praxis revolucionaria en la gestión de riesgos*
La catástrofe actual exige, más que "alertas tempranas" o "rutas de evacuación", la organización política de las masas afectadas para demandar:
1. *Expropiación de las Agroexportadoras* en manos de corporaciones como las que operan en los valles de Ica o San Martín, y redistribución colectiva de tierras, retomando el principio marxista de que *"la propiedad privada del suelo es un absurdo"* (*El Capital*, Vol. III).
2. *Control Campesino y Obrero de los recursos hídricos*, hoy secuestrados por empresas embotelladoras y agroexportadoras vinculadas a la Sociedad Nacional de Industrias, para garantizar lo que Marx llama *"el metabolismo racional entre el ser humano y la tierra"* (*El Capital*, Vol. I).
3. *Creación de brigadas técnicas populares* para el monitoreo ambiental, articuladas a un plan nacional de desarrollo científico-tecnológico al servicio de las mayorías, superando la lógica capitalista que, como señala Marx, *"solo desarrolla la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el trabajador"* (*El Capital*, Vol. I).
Las inundaciones y huaicos no son simples fenómenos meteorológicos, sino manifestaciones agudas de la crisis estructural del capitalismo dependiente peruano, donde la burguesía comercial —encarnada en gremios como la Cámara de Comercio de Lima o la Asociación de Exportadores— impone su agenda de acumulación. Su superación requiere trascender el reformismo asistencialista y avanzar hacia la construcción de un poder popular capaz de confrontar a las clases dominantes, cuyos representantes en regiones como Áncash y Huánuco —dueños de medios de producción y aliados del capital transnacional— profundizan la dependencia neocolonial. Como concluye Marx en *El Capital* (Vol. I): *"La expropiación de los productores directos se lleva a cabo con el vandalismo más despiadado y bajo el impulso de las pasiones más infames, más sucias y más mezquinas"* (Marx, 1867). Solo la ruptura revolucionaria con este orden permitirá erradicar la raíz material de las catástrofes socioambientales.