*Hoy en bocadillos para el Alma:* *¿Por qué sentimos que algo nos falta, incluso cuando lo tenemos todo?* Vivimos en un mundo lleno de ruido, distracciones y logros efímeros. La sociedad nos empuja a buscar éxito, reconocimiento y bienes materiales como si fueran el destino final de nuestra existencia. Sin embargo, cuanto más alcanzamos, más vacío parece el corazón. Esto ocurre porque fuimos creados para algo mucho más grande que lo terrenal. La Biblia dice en Eclesiastés 3:11: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos”. Este texto nos revela una verdad profunda: Dios nos diseñó con un anhelo por lo eterno, un espacio en nuestra alma que solo Él puede llenar. Intentar llenar ese vacío con cualquier otra cosa es como tratar de apagar la sed con agua salada. Puede dar una sensación momentánea de satisfacción, pero al final solo aumenta la necesidad. El dinero, los logros y las relaciones humanas son regalos de Dios, pero no son un sustituto de Su presencia. Jesús mismo nos invita en Juan 7:37: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Él es la fuente inagotable de plenitud y propósito. Solo en una relación íntima con Él podemos encontrar el descanso que nuestra alma anhela y la paz que tanto buscamos. Hoy te invito a reflexionar: ¿Qué estás usando para llenar ese vacío? ¿Estás dispuesto a entregarle ese espacio a Jesús y permitir que Él sea la fuente de tu plenitud? Solo en Él está la verdadera satisfacción que trasciende lo temporal y apunta hacia lo eterno. *Feliz día junto al Señor y recuerda que tú vales mucho para Dios.* *✍️ Manu*