
Camino a Jesucristo
March 1, 2025 at 09:45 AM
*Hoy en bocadillos para el Alma:*
*Cuando Dios no es lo que esperaba (y eso me salvó)*
”¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra.” (Salmo 73:25)
Si soy sincero, cuando empecé a buscar a Dios de verdad, me encontré primero con una imagen de Dios que no coincidía con el que luego descubrí en la Biblia. Era un Dios que algunos predican como si fuera un solucionador automático de problemas. Un Dios que, si haces todo bien, te bendice y, si te equivocas, te corrige con dureza. Un Dios que, en cierta forma, depende de lo que tú hagas para decidir cómo tratarte.
Pero ese no es el Dios real.
Porque cuando abrí los evangelios y me acerqué a Jesús directamente, sin intermediarios, descubrí a un Dios mucho más profundo, más cercano y más real de lo que me habían contado.
Me encontré con el Jesús que tocó a leprosos, que lloró junto a una familia rota por la muerte, que defendió a una mujer humillada y que tuvo la ternura de preguntar a un ciego: “¿Qué quieres que haga por ti?”
Ese es el Jesús real de los evangelios, y ese es el que me salvó.
*Lo que muchos buscan de Dios hoy:*
• Que les quite los problemas.
• Que les diga exactamente qué hacer.
• Que les dé paz de inmediato.
*Lo que Jesús ofrece realmente:*
• Caminar contigo en medio de las dificultades, sin abandonarte.
• Enseñarte a confiar, incluso cuando no entiendes nada.
• Darte una paz que nace de saber que Él está contigo, no de que todo esté perfecto.
La gente no necesita un Dios hecho a medida. Necesitamos conocer al Jesús verdadero, el de los evangelios, el que cena con pecadores, el que abraza a los que todos rechazan y el que sigue teniendo poder para sanar, restaurar y resucitar lo que parecía perdido.
Ese es el Jesús al que sigo, y al que te invito a buscar.
Un Jesús vivo, que sigue escribiendo historias reales en vidas reales, como la tuya y la mía.
Hoy te invito a algo sencillo, pero profundo: vuelve a los evangelios y lee a Jesús como si fuera la primera vez. Sin ideas preconcebidas, sin dar por hecho que ya le conoces. Déjate sorprender.
Después, habla con Él de verdad, desde el corazón. Sin frases bonitas ni discursos aprendidos. Cuéntale cómo te sientes, qué te preocupa y qué esperas de Él. Y luego, simplemente quédate en silencio un momento, dejando espacio para que Él te muestre quién es.
Si alguna vez te has sentido decepcionado con la imagen de Dios que te han presentado, te entiendo. Pero no te rindas. Porque cuando te encuentres con el verdadero Jesús de los evangelios, descubrirás que Él es mucho mejor de lo que jamás imaginaste.
Y créeme, ese encuentro cambia la vida para siempre.
*Feliz día junto al Señor y recuerda que tú vales mucho para Dios.*
*✍🏻 Manu*