
VIDA ACTIVA & BIENESTAR
February 7, 2025 at 11:29 PM
Entrenamiento en altas temperaturas e hidratación en el deporte: beneficios, cuidados y adaptación fisiológica
El entrenamiento en altas temperaturas es una estrategia utilizada por atletas para mejorar su rendimiento y capacidad de adaptación fisiológica. Aunque el calor puede representar un desafío para el organismo, su correcta gestión puede generar importantes beneficios, siempre que se sigan pautas de seguridad y una adecuada hidratación.
Beneficios del entrenamiento en calor
Varios estudios han demostrado que la aclimatación al calor mejora la eficiencia cardiovascular, la regulación térmica y la tolerancia al esfuerzo. Según Lorenzo et al. (2010), entrenar en condiciones de alta temperatura incrementa el volumen plasmático y la respuesta termorreguladora, lo que permite un mejor rendimiento en diferentes condiciones climáticas. Además, Garrett et al. (2011) señalaron que la exposición al calor estimula la producción de eritropoyetina (EPO), favoreciendo la oxigenación muscular, un efecto similar al del entrenamiento en altitud.
Por otro lado, Périard et al. (2015) indicaron que la aclimatación térmica reduce la percepción del esfuerzo y mejora la eficiencia metabólica, lo que se traduce en una mayor resistencia y menor fatiga. Este proceso de adaptación también disminuye el riesgo de golpes de calor al optimizar la capacidad del cuerpo para disipar calor a través de una sudoración más eficiente.
La importancia de la hidratación en el rendimiento deportivo
Uno de los principales desafíos del entrenamiento en altas temperaturas es la regulación hídrica y electrolítica. Durante el ejercicio, el sudor es el principal mecanismo de disipación de calor, lo que puede llevar a una pérdida significativa de agua y electrolitos esenciales como sodio, potasio, magnesio y cloro (Cheuvront & Kenefick, 2014). La deshidratación compromete la función cardiovascular, disminuye el rendimiento muscular y puede aumentar el riesgo de calambres, fatiga y golpes de calor.
Para prevenir estos efectos negativos, se recomienda un plan de hidratación adecuado que contemple la ingesta de líquidos antes, durante y después del ejercicio. Según Sawka et al. (2007), los atletas deben consumir entre 400-600 ml de agua o bebida isotónica dos horas antes del entrenamiento y reponer entre 150-250 ml cada 15-20 minutos de ejercicio en condiciones de calor. Después del ejercicio, se sugiere ingerir entre el 150-200% del peso perdido en líquidos para restablecer el equilibrio hídrico.
Por qué no se debe suspender el entrenamiento por altas temperaturas
Si bien el calor puede ser un factor de riesgo si no se maneja adecuadamente, no es una razón para suspender el entrenamiento, sino para adaptarlo. Ajustar la intensidad, duración y horarios de las sesiones permite al cuerpo aclimatarse progresivamente sin comprometer la salud (Nybo et al., 2014). Además, los beneficios de la aclimatación térmica pueden transferirse a diversas disciplinas deportivas, mejorando la resistencia general y la tolerancia al estrés fisiológico.
El entrenamiento en altas temperaturas puede ser una herramienta valiosa para mejorar el rendimiento deportivo, siempre que se realice con precaución y acompañado de una adecuada estrategia de hidratación. La clave no está en evitar el calor, sino en aprender a entrenar bajo estas condiciones de manera eficiente y segura.
Mg. Sergio Furlan
www.sergiofurlan.com
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