
Reflexiones Nocturnas
February 15, 2025 at 01:21 AM
Uno puede llegar a un punto en el que, literalmente, no sabe qué hacer con su vida y, sin que nadie lo espere, comenzar a cambiar de rumbo y a construir algo diferente.
Tal vez haya decenas de películas y novelas que giran en torno a esta premisa: llegar a un punto límite para demostrar al mundo —y a uno mismo— que es posible ser y hacer algo distinto.
Esto nos lleva a dos conclusiones. En primer lugar, las condiciones de la existencia: si de repente nos quedamos solos en una isla, por necesidad aprenderemos a cocinar y a sobrevivir, como sucede en muchas historias de naufragios. Y la segunda conclusión es que ese potencial ya estaba dentro de nosotros, solo que quizá no habíamos recurrido a él porque no lo necesitábamos… hasta que, de repente, sí.
Aquí surge un desafío: no es necesario llegar al punto límite para hacer algo, para dar un giro en nuestra vida.
Es cierto, si una vaca aparece de la nada en la ruta, no queda otra que hacer una maniobra brusca. Pero quizá la vaca no haya aparecido de la nada; probablemente haya estado ahí siempre, solo que, por comodidad, preferimos no hacer nada y dejar que la inercia nos siga llevando.
Al fin y al cabo, el iceberg ya estaba ahí. Fue el Titanic el que lo chocó… y ya sabemos cómo terminó esa historia.
Con paciencia, calma y decisión, podemos ir corrigiendo el rumbo para evitar hundirnos.
Se puede.
Lucius Areta
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