
Reflexiones Nocturnas
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En este canal se compartirá una reflexión sobre superación personal cada noche, la misma estará a cargo del escritor Lucius Areta.
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Nuestra condición —y la de todo ser vivo— es la de habitar un presente continuo. Y con esa experiencia viene una compañera inseparable: la incertidumbre. Como solo podemos proyectar, pero no definir con certeza lo que vendrá, estamos siempre expuestos a que las circunstancias cambien de forma abrupta, sin previo aviso. Al no tener una varita mágica que garantice un futuro favorable, debemos aprender a convivir con la incertidumbre. Pero aquí hay algo interesante: también puede jugar a nuestro favor. Si sentimos temor por lo que podría ocurrir mañana, esa inquietud puede impulsarnos a actuar hoy. Por ejemplo, si tememos un problema económico futuro, podemos tomar decisiones más conscientes en el presente: gastar con mayor criterio, buscar nuevas fuentes de ingreso, aprender algo nuevo. En ese caso, la incertidumbre se convierte en una señal que nos orienta, no en un obstáculo que nos paraliza. El éxito y el fracaso no llegan de la noche a la mañana: ambos son procesos. Como una bola de nieve que comienza pequeña y se acelera con el tiempo, terminarán tomando una dirección difícil de modificar. Por eso, es importante intervenir lo antes posible cuando notamos que algo va mal. En lugar de rendirnos ante lo desconocido, siempre podemos dar un paso —por pequeño que sea— en una dirección mejor. Al final, quizás la vida no sea menos compleja, pero sí podemos elegir cómo la enfrentamos. Y esa elección, aunque sencilla, puede cambiarlo todo. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

La existencia es como una gran obra de teatro. Desde pequeños nos enseñan que el ciclo de la vida es: nacer, crecer, reproducirse y, finalmente, partir. Cada uno llega a este mundo sin saber muy bien qué hace aquí. Es como si despertáramos de pronto en un escenario, con un guion ya esbozado por la naturaleza: crecer, construir, dejar una huella… y algún día, despedirse. No podemos evitar ese ciclo, pero sí podemos decidir cómo interpretamos nuestro papel. Y si no hay escapatoria, al menos podemos asegurarnos de que nuestro paso por esta obra tenga sentido, belleza y propósito. A menudo se habla de legado, de dejar un buen recuerdo. Pero más allá de eso, tenemos un compromiso con nosotros mismos: no resignarnos, no vivir apagados. No se trata de estar siempre alegres, sino de buscar razones para avanzar, incluso en los días difíciles. Quienes lo logran pueden dormir en paz, sabiendo que vivieron con autenticidad y entrega. Y eso, quizás, sea el legado más valioso: inspirar a otros con la manera en que enfrentamos nuestra escena en esta obra llamada vida. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

Empezar de cero suele ser una quimera, ya que el reinicio no garantiza que mañana no repitamos el error que nos llevó a querer resetear todo. Hay situaciones que sí se acercan a un reseteo completo, desde una dificultad familiar hasta viajar a otro país, lejos de las propias raíces. Pero en el día a día, suele estar más relacionado con ciertos defectos personales con los cuales tendemos a tener cierta complicidad. Así, uno bebe de más una noche, luego dice “nunca más”, y se encuentra haciendo lo mismo el fin de semana siguiente. Esta dinámica es muy desmotivante porque “perdemos” con mucha frecuencia. La clave del asunto es que ese pecadillo forma parte de nosotros, y lo hace por algún motivo relacionado con nuestra personalidad. Así, si alguien sale de fiesta en exceso aunque ya haya pasado largamente los 30 años, quizá sea adicto a ciertas experiencias que son muy difíciles de apagar. Pero aquí hay algo clave: antes de sentir esas sensaciones por primera vez, esa persona no sabía nada de ese mundo. ¿Y qué quiere decir esto? Que podemos aprender cosas nuevas. Es decir, en el caso del adicto a las fiestas, no sabía nada de eso hasta que salió de parranda por primera vez en su vida, y luego no paró más. Entonces, está a nuestro alcance “aprender” hábitos nuevos que sustituyan a los antiguos, más nocivos. Así, nuestro amigo adicto a la noche puede buscar nuevos entretenimientos nocturnos sin trasnochar demasiado, quizás con su pareja. Si como demasiado, quizá sea bueno preguntarle a ChatGPT qué alternativas existen para sacar de foco a la comida de la mente. En resumen, reemplazar hábitos viejos por nuevos está a nuestro alcance. Al fin y al cabo, no está mal que nos guste la vida nocturna. Lo que sí está mal son los excesos que pasan factura, ya sea con una prominente barriga o con somnolencia durante todo el día siguiente. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

Es importante tener metas y trazar un camino. Pero nuestra existencia no se limita a un solo rol. No somos únicamente profesionales o estudiantes: también somos hijos, hermanos, padres, amigos… Y cada uno de esos roles implica caminos distintos. Esto hace que definir objetivos precisos para cada aspecto de la vida sea difícil. ¿Cómo podríamos medir algo como “ser mejor padre” en un plazo de dos días? Por eso, más que planes cerrados, a veces necesitamos una visión general de lo que queremos, sabiendo que los deseos pueden cambiar y que, en ocasiones, el alma pide explorar. Aceptar esa necesidad de lo nuevo —de lo incierto, lo no cotidiano, incluso lo salvaje— puede ser parte del crecimiento. Porque aunque tengamos metas claras, como rendir bien en un examen, no podemos vivir como si solo existiera ese objetivo. Somos más que una función; somos una totalidad. Así que, mientras avanzamos hacia lo que deseamos, también es válido salir de la rutina y enriquecernos con nuevas experiencias. Lo importante es que esas experiencias nos sumen, nos cuiden y nos ayuden a expandir quiénes somos. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

¿Qué tengo hoy? Algo parecido a ayer y a mañana: despertarme, trabajar, comer, descansar… una serie de acciones que se repiten, pero nunca de la misma manera. Sin embargo, cada jornada tiene su propia personalidad. No siempre hacemos igual lo que hacemos todos los días. Al café se le puede poner o quitar azúcar, y la cena puede ser un plato completamente inédito. La rutina puede agobiar, pero la incertidumbre también. No se trata de innovar en todo cada día, sino de encontrar sentido en lo que ya hacemos. En el fondo, todo pasa por asumir que el tedio y los días grises, al igual que los radiantes, son parte de la existencia. Y más allá de aceptarlo, hay algo fundamental: la paz interna y el sano autodominio con los que enfrentamos estas circunstancias. Ambos son fruto de un trabajo constante. El esfuerzo de hacer casi siempre lo mismo en la oficina permanecerá, pero sostener la paz interna es un estado que debe cultivarse. ¿Cómo? Con la búsqueda de propósito, la actitud con la que encaramos cada día, el control de nuestros pensamientos y la quietud cuando es necesaria. Al final, todo gira en torno a cómo estamos de mente, cuerpo y espíritu. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

Uno puede llegar a un punto en el que, literalmente, no sabe qué hacer con su vida y, sin que nadie lo espere, comenzar a cambiar de rumbo y a construir algo diferente. Tal vez haya decenas de películas y novelas que giran en torno a esta premisa: llegar a un punto límite para demostrar al mundo —y a uno mismo— que es posible ser y hacer algo distinto. Esto nos lleva a dos conclusiones. En primer lugar, las condiciones de la existencia: si de repente nos quedamos solos en una isla, por necesidad aprenderemos a cocinar y a sobrevivir, como sucede en muchas historias de naufragios. Y la segunda conclusión es que ese potencial ya estaba dentro de nosotros, solo que quizá no habíamos recurrido a él porque no lo necesitábamos… hasta que, de repente, sí. Aquí surge un desafío: no es necesario llegar al punto límite para hacer algo, para dar un giro en nuestra vida. Es cierto, si una vaca aparece de la nada en la ruta, no queda otra que hacer una maniobra brusca. Pero quizá la vaca no haya aparecido de la nada; probablemente haya estado ahí siempre, solo que, por comodidad, preferimos no hacer nada y dejar que la inercia nos siga llevando. Al fin y al cabo, el iceberg ya estaba ahí. Fue el Titanic el que lo chocó… y ya sabemos cómo terminó esa historia. Con paciencia, calma y decisión, podemos ir corrigiendo el rumbo para evitar hundirnos. Se puede. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

¿Se puede sentir que uno está completamente encaminado todo el día, todos los días? Creo que solo un ángel podría hacerlo. A menudo se insiste en centrarse en el aquí y el ahora, y es una idea que hemos explorado en varias reflexiones. Sin embargo, esto va en parte contra nuestra naturaleza. Es cierto que cada instante es presente, pero también somos el resultado de nuestro pasado y, queramos o no, nos proyectamos hacia el futuro. A cada segundo, el porvenir nos alcanza, y es inevitable pensar en lo que vendrá, teniendo en cuenta lo que ya fue. Quizá nunca logremos un estado de serenidad absoluta, o si lo alcanzamos, no podamos mantenerlo por mucho tiempo. Pero sí podemos cambiar nuestra óptica: tratar de ser más optimistas, vivir con esperanza, hacer cosas que trasciendan o que, al menos, apunten a ello. Tal vez por eso comencé a escribir, aunque debo admitir que simplemente se fue dando. Y es importante reconocerlo: muchas cosas en la vida, simplemente, se van dando. "Dejar todo en manos de Dios", recomiendan los curas. Es un ideal, y como todo ideal, nunca se alcanza por completo. Estamos atados a nuestra corporalidad y a las urgencias del tiempo: el hijo que no estudia, la necesidad de conseguir un préstamo para la vivienda… Pero sigue siendo una buena práctica: asumir que no todo está en nuestras manos, que muchas cosas suceden sin que podamos controlarlas y, en la medida de lo posible, aprender a soltar y confiar en el proceso. El ser humano y su mente son poderosos, pero no pueden con todo. Aprender a aligerar la carga también es un acto de sabiduría. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

Parece un decreto divino. Nos convencemos con frases como "el que cree, crea", nos ponemos manos a la obra y, en la mayoría de los casos, los proyectos no se desarrollan exactamente como los imaginamos al inicio. Es decir, terminamos creando realidades inesperadas a partir de un convencimiento inicial. Y esto, naturalmente, tiene sus lados buenos y malos. Quizá todo haya salido mejor de lo que deseábamos, peor o algo completamente distinto. Por circunstancias de la vida, terminé vendiendo servicios de marketing digital, publicando libros digitales y comercializando productos importados de China. Diez años atrás, no me esperaba casi nada de esto; sencillamente, las cosas se fueron dando. Pero es necesario creer, aunque con seguridad esa imagen inicial no se materialice del modo que esperábamos. Hace tiempo dejé de intentar controlarlo todo y decidí confiar en que Dios se encargará de lo que está fuera de mi alcance. Al fin y al cabo, es omnipotente. Sin embargo, esto no significa quedarse de brazos cruzados. La fe no exime de la responsabilidad de moverse, de convencerse y de actuar. El resultado ya se verá… o quizá ese resultado sea, simplemente, el inicio de otros procesos. Y aquí hay una realidad: lo que vendrá aún no existe. Podemos anticiparnos en parte, pero no del todo; las brumas del tiempo futuro no se despejarán completamente hasta que el momento llegue y se convierta en presente. Mientras tanto, las cosas van sucediendo: algunas veces, más o menos como anticipamos; otras, de manera absolutamente inesperada. Aun así, hay que proyectar algo y luego dar el primer paso. La incertidumbre no es excusa para no tener al menos un esbozo de plan de vida en mente. Pensar, hacer, esperar, corregir, avanzar. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

En la universidad estudiamos el concepto de las Brand Stories, los relatos que las marcas crean sobre sí mismas para conectar con su público. Estas historias combinan datos reales con exageraciones e incluso elementos ficticios. El objetivo es inspirar y asociar esa inspiración con la imagen de la marca, esperando que, en el momento oportuno, las personas elijan su producto. Pero esto no es tan distinto de lo que hacemos las personas. Nadie coloca sus defectos en el currículum, pero sí resalta sus virtudes. En una entrevista laboral, por ejemplo, cuando me preguntaron por mis fortalezas, respondí con rapidez y confianza. Luego, al mencionar mis defectos, los edulcoré. Creo que la entrevistadora se dio cuenta. Y es que, en gran medida, todo es un relato. Nos contamos historias sobre quiénes somos y las compartimos con los demás, omitiendo o exagerando según nuestra conveniencia. También ocurre con la imagen que tenemos de ciertos lugares, personas o situaciones, incluso cuando no hemos tenido contacto directo con ellas. ¿Qué podemos extraer de esto? Que la vida tiene sus ciclos, como las cosechas. No podemos obtener frutos de la tierra todo el año, pero con el tiempo procesamos lo que pasó y lo transformamos en nuestra historia. Esto, en sí mismo, no es malo, pero es importante recordar que lo que vemos en Instagram o TikTok es solo una fracción de la realidad. Por eso, vale la pena hacer el esfuerzo de vivir con los pies en la tierra, sin perder la esperanza. Las aguas nunca serán completamente calmas, pero tampoco hay tormentas eternas. Después del sol vienen las nubes, y luego vuelve la luz. Así que no te tomes las cosas tan a pecho y sigue adelante, manteniendo siempre encendida la llama de la esperanza. Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]

La verdad os hará libres, dijo Jesús. A esta afirmación se le pueden dar dos lecturas: una desde la fe, que nos dice que Jesús es el Salvador y que Él nos libera; y otra más general, que nos muestra cómo una verdad puede ser tan sencilla como contundente. Por ejemplo: "Tengo un problema con el cigarrillo, debo dejarlo", es el primer paso para liberarse del tabaco. Sin embargo, cuando hablamos de una verdad que libera, nos encontramos con una paradoja. A simple vista, parece sencillo: "Creo en Jesús y listo". Pero la realidad es que la fe no es un punto de llegada, sino un camino. Creer es un esfuerzo constante, y quienes tienen fe también experimentan dudas, incertidumbre y angustia. Esas mismas inquietudes son las que los impulsan a seguir buscando un sentido, un sostén. Hay quienes no buscan o lo hacen por caminos que terminan siendo trampas: el exceso de alcohol, las drogas, la adicción a las pantallas, la compulsión al trabajo o cualquier otra vía de escape que, en lugar de dar respuestas, profundiza el vacío. La existencia, al parecer, es una búsqueda constante de sentido, de verdad, de estabilidad. Y lo curioso es que, mientras buscamos algo firme y permanente, nosotros mismos estamos en continuo cambio. Este punto es fundamental, porque anhelamos algo sólido, pero, al mismo tiempo, somos movimiento. Nuestras células cambian cada día, y nosotros con ellas. Hay una esencia que permanece, pero cada día se transforma en algo ligeramente distinto. En otras palabras, por naturaleza somos móviles, cambiantes, volubles, mientras buscamos algo que nos brinde sosiego. Sin embargo, todo lo humano también se mueve. Nada permanece inmóvil, ni siquiera la vieja Tierra deja de girar. "Es todo un tema", solemos decir en Paraguay cuando no sabemos qué responder pero se espera que digamos algo. Y quizá sería más cómodo quedarnos con esa frase, pero la clave está en abrazar la incertidumbre, la inquietud e incluso el dolor. Y, por supuesto, también las alegrías. Nos acompañarán toda la vida, así que lo mejor que podemos hacer es aceptarlo y seguir adelante. "Todo fluye, nada permanece." Lucius Areta Si la reflexión te gustó, por favor compártela. Si quieres descargar Reflexiones Radiantes: https://drive.google.com/drive/folders/1mtBF5OmVn1PwEDRgPAXcgFYbSG-ZbK40 Mi correo electrónico para lo que desees: [email protected]