Comparto mi columna de hoy del periódico Mural. Mario Rizo / Control en la gestión Mario Rizo (06 febrero 2025) En el dinámico mundo empresarial, el control de la gestión es un componente esencial para el éxito y la sostenibilidad a largo plazo. No se trata simplemente de supervisar tareas o evaluar resultados; el control en la gestión implica una comprensión profunda de los procesos, la anticipación de problemas y la implementación de estrategias que garanticen el cumplimiento de los objetivos. Esta función, a menudo pasada por alto, es clave para transformar los planes en resultados concretos y eficaces. Lo que debe controlarse para una gestión eficiente y eficaz: Establecimiento de objetivos claros. La base de un buen control de gestión es definir metas precisas y alcanzables. Los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido (SMART). Planificación y presupuestación. Una planificación eficaz incluye la elaboración de presupuestos detallados que alineen los recursos disponibles con las metas establecidas. Un buen control implica revisar y ajustar los presupuestos según los cambios en el entorno o en las condiciones internas. Monitoreo del desempeño. Herramientas como indicadores clave de desempeño (KPIs) permiten evaluar el progreso y detectar áreas que necesitan mejora. Análisis de desviaciones. Es vital identificar y analizar las diferencias entre los resultados esperados y los obtenidos. Este análisis ayuda a entender las causas de las desviaciones y a tomar medidas correctivas oportunas. Comunicación y retroalimentación. Mantener una comunicación abierta y continua con los equipos de trabajo asegura que todos estén alineados con los objetivos y puedan aportar sugerencias para la mejora continua. Adaptación y mejora continua. La flexibilidad para ajustar las estrategias y procesos según las circunstancias cambiantes es esencial. La mejora continua debe ser un objetivo constante, impulsado por la retroalimentación y el análisis de desempeño. Gestión de riesgos. La identificación y gestión de riesgos es esencial para minimizar el impacto de eventos inesperados. Esto incluye la evaluación de posibles amenazas y la implementación de estrategias para mitigarlas. Un buen control de gestión no solo se prepara para lo esperado, sino también para lo inesperado. Eficiencia en la utilización de recursos. La eficiencia no es solo hacer más con menos, sino también asegurarse de que los recursos se utilicen de manera alineada con los objetivos estratégicos de la organización. Innovación y adaptabilidad. El control de gestión no debe ser visto como un freno a la innovación, sino como un facilitador. Al establecer un marco claro para la experimentación y el cambio, las empresas pueden fomentar la creatividad mientras gestionan los riesgos asociados con la innovación. El control de la gestión no es solo una función administrativa, sino un arte que requiere precisión, adaptabilidad y visión estratégica. Los gestores deben cultivar sus organizaciones con atención constante y ajustes necesarios para asegurar su crecimiento y prosperidad. La clave está en no solo vigilar los resultados, sino en entender los procesos y adaptarse a los desafíos que surgen. El control absoluto puede parecer la clave del éxito, pero la verdadera maestría en la gestión radica en saber cuándo aflojar las riendas y permitir que la innovación y la creatividad florezcan. Así, el control no se convierte en una restricción, sino en un marco que sostiene la libertad necesaria para el crecimiento. El verdadero arte del control en la gestión no reside en imponer restricciones, sino en crear un ambiente donde el orden y la libertad se complementen para impulsar la excelencia. Al final, el control no es el objetivo, sino el medio para liberar el potencial y alcanzar nuevas alturas. El autor es experto y escritor de libros sobre empresas familiares y gobierno corporativo. X: @mariorizofiscal