Hay algo que he sabido desde hace mucho, pero nunca me atreví a ponerlo en palabras. Es hora de sincerarme con la carga que llevo desde hace tanto tiempo. Me gustaría poder olvidarte tanto como tú me olvidaste a mí, pero no puedo. Alguien una vez dijo que "el tiempo lo arreglará", pero dime, ¿esperabas esto? ¿Esperabas que cada cosa a mi alrededor me hiciera recordarte? ¿Te hace feliz saber que aún hay un vacío en mi corazón, uno que dejaste y que nunca se llenó? Me volví complaciente, tanto que permití que mi propia mente colapsara con tal de ver a los demás felices, porque en el fondo nunca me sentí suficiente. Y así me quedé, atrapado en esa sensación de insuficiencia. Quisiera liberarme de tu recuerdo, porque incluso mis amigos deben estar cansados de escucharme decir: "Mi ex esto, mi ex aquello". O peor aún, ver cómo ciertas acciones de los demás me recuerdan a las tuyas, como si estuviera atrapado en un ciclo del que no puedo escapar. Escribir sobre ti me cuesta. Me dicen que debo deshacerme de todo rastro tuyo, tanto físico como mental, pero cada palabra que dejo en estas líneas solo me confirma que aún no te he superado. Y eso es lo que más me molesta: que tú sí pudiste hacerlo. Aún así, también me confirma cuánto amé a una sola persona. Podría seguir escribiendo, pero mi mente está agotada. Solo me queda esperar el día de mi condena. Porque en el vacío que dejaste creció algo oscuro, una criatura malvada que envenena mi sangre poco a poco, hasta el día en que obstruya cada arteria, y cuando ya no haya oxígeno que transportar… simplemente dejaré de respirar.