El arminianismo es una corriente teológica dentro del cristianismo que, aunque comparte con el calvinismo la creencia en la gracia divina, difiere en su interpretación de la predestinación, el libre albedrío y la naturaleza de la salvación. En resumen, el arminianismo sostiene que Dios salva a aquellos que creen en Jesucristo, y que la elección divina es condicionada por la respuesta humana a la gracia de Dios. Principales puntos de la doctrina arminiana: Gracia preveniente: Dios concede a todos los humanos la capacidad de creer en Jesucristo, incluso aquellos que no han solicitado expresamente su gracia. Libre albedrío: Los humanos tienen la capacidad de elegir o rechazar la gracia divina, y no están predestinados a la salvación o condenación. Redención universal: Jesucristo murió por todos los humanos, y su muerte ofrece la posibilidad de salvación a todos, no solo a una élite predestinada. Posibilidad de apostasía: Un cristiano puede perder su salvación si no permanece en la fe y persevera en la obediencia a Dios. Elección condicionada: Dios elige a quienes Él prevé que creerán en Jesucristo, en lugar de elegir a quienes ya ha predestinado. Comparación con el calvinismo: La principal diferencia entre el arminianismo y el calvinismo radica en la interpretación de la predestinación. Los calvinistas creen en la predestinación incondicional, es decir, que Dios ha elegido a quienes serán salvados independientemente de su respuesta. Los arminianos, por otro lado, creen en la predestinación condicionada, es decir, que Dios elige a quienes Él prevé que creerán en Jesucristo.