
Revista Ashé
May 16, 2025 at 02:18 PM
"El gato era comerciante y tenía mucho dinero, por lo tanto poseía sirvientes, que eran las guineas. Un día una de ellas escapó por el maltrato que recibía y fue a la casa de Obátàlà, quien le dio refugio. Una mañana Obátàlà se estaba lavando la cara con jabón y salpicó a la guinea con la espuma, quedando el plumaje de esta con manchas blancas. Ese mismo día, el gato llegó a la casa de Obátàlà para preguntarle si había visto una guinea que lo había abandonado y Obátàlà le respondió que no, y señalando a la guinea que estaba en su casa le dijo que esa era la única que tenía y que vivía con él desde hace mucho tiempo. El gato vio a la guinea y notó que era diferente, pero igual dudó porque le habían dicho que su guinea había entrado a la casa de Obátàlà, por ello discutió con él pero no pudo probar que esa guinea era la que se había escapado de su casa. El asunto fue llevado a juicio y Obátàlà ganó, demandando como retribución por haber sido calumniado, que el gato debía darle un saco de oro por cada pelo que tenía. De esa manera Obátàlà se hizo rico y el gato se fue a la ruina".
Las dos enseñanzas mas relevantes de esta historia son: la consideración que se le debe tener a las personas humildes o que estén en una posición desventajosa y el respeto que hay que mostrar hacia las personas mayores o aquellos que tienen mayor jerarquía.
Si no se siguen dichos consejos, se perderán cosas valiosas e importantes.
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