
El presbiprotestante
June 8, 2025 at 11:30 PM
👉🏼👉🏼👉🏼¿A quién socorrió Cristo? – Exégesis de Hebreos 2:16
> “Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.”
(Hebreos 2:16, RVR1960). 📖📖
Este versículo nos lleva al cumplimiento del pacto de redención: Cristo vino a socorrer a la descendencia de Abraham, a los que el Padre le dio desde la eternidad.
Sin embargo, al estudiar quién es la descendencia de Abraham, también resalta la elección soberana de Dios para salvación, no solo entre los hombres, sino entre todas sus criaturas (ángeles y hombres).
Hace un tiempo, un cura en TikTok afirmó que Satanás podría salvarse. Según él, Satanás simplemente no busca el perdón de Dios. Pero esta afirmación revela que no comprende el acto legal del sustituto: Cristo se hizo hombre para poder pagar por su pueblo. No existe posibilidad alguna de redención para Satanás ni para ningún ángel caído. Cristo no vino a ofrecer una oportunidad universal, sino a cumplir una redención particular y efectiva para los suyos.
Esto es precisamente lo que leemos en esta carta. El autor de Hebreos viene hablando, en todo el capítulo 2, de la superioridad de Cristo sobre los ángeles —desmontando así la herejía de los testigos de Jehová, quienes enseñan que Jesús es un ángel. Si Cristo fuera un ángel, le habría sido más fácil sustituir a los ángeles, pues, bajo su errada lógica, ya sería semejante a ellos. Pero no es así.
Los ángeles sí necesitaban redención, pues muchos de ellos cayeron. Sin embargo, Dios no quiso redimirlos. Y en eso no hay injusticia, sino una muestra gloriosa de la soberanía divina: escoge a quien quiere para mostrar su misericordia y deja en juicio a quien quieren para evidenciar su justicia.
Esto nos confronta con una verdad que incomoda a muchos: la salvación no es una obligación de Dios. Los ángeles caídos fueron dejados bajo condenación; no hubo redentor para ellos. Cristo nunca tomó naturaleza angélica. No vino a ponerse en lugar de querubines o serafines, sino a tomar carne humana, con sangre, huesos, debilidad, tentación, pero sin pecado.
Y siguiendo con nuestro tema: ¿Quiénes son la descendencia de Abraham?
Aquí es donde muchos tropiezan. Algunos, al leer “descendencia de Abraham”, piensan inmediatamente en el pueblo judío según la carne. Pero este texto, a la luz de la Teología del Pacto, desmonta esa interpretación equivocada. Las Escrituras dejan en claro que la verdadera descendencia de Abraham son los que creen, no los que descienden según la sangre.
El apóstol Pablo lo explica sin ambigüedad:
> “Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham” (Gálatas 3:7).
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29).
Así, el autor de Hebreos no está hablando de una nación física, sino de los escogidos, de aquellos a quienes Dios daría la fe. No todos los que descienden de Abraham según la carne son su verdadera simiente. Cristo vino a socorrer a los que tienen la fe de Abraham, no simplemente a los que llevan su sangre.
Y si alguien tuviera alguna objeción de esta interpretación, yo preguntaría: ¿qué de los que vivieron antes de Abraham? “¿Y qué hay de Abel, Enoc, Noé? ¿No fueron también salvos?” Y la respuesta es sí. De hecho, el capítulo 11 de esta misma epístola los menciona entre los "héroes de la fe", antes de llegar a Abraham. Todos ellos fueron salvos por la misma gracia, mediante la misma fe, en el mismo Salvador prometido. Aunque no lo vieron con sus ojos, ellos mismos, bajo este entendimiento, también son la descendencia de Abraham.
El autor menciona a Abraham no para excluir a los anteriores, sino porque en Abraham Dios formalizó Su pacto y lo usó como figura del pueblo creyente. Abraham representa a los que creen, antes y después de él. Es llamado “padre de todos los creyentes” (Romanos 4:11), y eso incluye a los que vinieron antes que él.
Desde Abel hasta el último creyente que será llamado, todos fueron socorridos por el mismo Mediador, el mismo Salvador.

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