Oh, poema débil, solo mira, mira al reflejo: eres tú, después de innumerables batallas, tantas luchas, tanta sangre, tantas muertes, mírate, eres tú, sigues siendo tú, solo eres tú, y seguirás siendo tú, como si el peso de todos los días no te hubiera quebrado, como si aún pudieras mirarte sin temblar. Ah, qué lindo y contradictorio es el amor, ¿te has enamorado? ¿Piensas que es algo confuso…? ¿Débil…? ¿Asqueroso…? No puedo citar personas científicas como tú, mi capacidad es distinta supongo, más torpe, más rota, más mía. Oh, pobre desdicha, oh pobre de ti, que te encuentres sola, ahí, sin más compañía que el pasar del tiempo, viendo cómo se apaga la llama del amor como se apaga una vela que nadie pidió encender, y tu corazón, que resuena en el eco de tu pecho, te diga: "Estás mejor sola", "Bríndale tu amistad", y eso es lo que temo, que quieras darme tu amistad después de haberte pedido el alma, después de haberte pedido el amor. No te apures, compañera, si me destrozo la boca no te apures, es que quiero, con el filo de esta copa, borrar la huella de un beso, traicionero, que me dio… Conmigo verás que nunca te cansas, porque salto de tema en tema, caótico y desordenado, como un pensamiento suelto que se niega a morir, como alguien que no quiere olvidar pero tampoco recordar. Oh lector… o mente mía… ¿hasta cuándo dejarás que la noche se apodere de tus pensamientos?