LIBERTAS CAPITUR
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June 17, 2025 at 03:05 PM
https://www.facebook.com/share/p/1V1HJaZK5s/ Félix Sarracino Análisis lunes, 16 de junio de 2025 Libertas Capitur / No todo lo que parece es… Compartir Síguenos en: google La aparente continuidad, poco a poco muestra su verdadero rostro. El poder no se comparte. Es cierto que el carisma condiciona la obediencia, pero el ejercicio cotidiano del poder tiene su peso. Igual que la ausencia. La falta de aquél se nota en la inmediatez de las decisiones. Es como el amor de lejos... El tiempo y la historia lo demuestran. El hombre -el ser humano- es un zoon politikon. La jerarquía enviste de poder al individuo. Poder que fuera del cargo sería carisma. Pero que no fácilmente rebasa a un presidente, ministro, secretario o gobernador. Porque estos tienen la capacidad para hacerse obedecer con la ley en los actos de gobierno. Y que el régimen morenista actual inserta en la tendencia presidencial a separarse del guión original. Desde su asunción como Jefa del Estado mostró sutiles diferencias con su antecesor. Sheinbaum sí dio un saludo de cortesía a la representante del Poder Judicial, Norma Piña. Marcó una diferencia y, sin grandes aspavientos, lo ha seguido haciendo en temas torales. Lo que no necesariamente significa una ruptura. Pero es evidente que, su estilo personal no responde a las expectativas del grupo lopezobradorista “puro”. Y aunque puedan parecer distantes, o poco atinentes, se nota de ambas partes en los pequeños detalles. Y no tan pequeños... Tengo en mente algunos ejemplos de eventos que parecen inconexos, pero que convergen en las amplias facultades del presidente de la república. Como lo dijo en su momento el propio López Obrador: “el presidente de la república siempre está enterado de todo, hasta de las tranzas”. Pues bien, hay que apostar que la presidenta Claudia Sheinbaum está enterada, cuando menos, de los asuntos que tradicionalmente pertenecen a la órbita de los presidentes. Entre otros, los temas profundos de la seguridad nacional, los eventos electorales de su partido y las inversiones públicas de la federación. Temas que pueden parecer inconexos, pero que chocan de carambola con los intereses del expresidente. La presidenta apostó desde el principio al tema de seguridad. No necesito explicar lo que es público. El nombramiento de Omar García Harfuch es completamente responsabilidad claudista. De allí se derivaron consecuencias políticas internas e internacionales, que han permitido al régimen -no sin sobresaltos- navegar en el mar proceloso de los intereses inconfesables. Lo que antes se antojó impensable, en este sexenio viene a suceder. Me refiero al apresamiento y extradición de las cabezas del cártel de Sinaloa y otras organizaciones, al desmantelamiento de laboratorios clandestinos y a la colaboración con oficinas estadounidenses como la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE-HSI. Se trata de un cambio sustancial en la política de “abrazos, no balazos”. En el tema de la elección judicial, aunque al parecer no se percibió por parte de la opinión pública nacional, fue notable la ausencia de los gobiernos estatales. Una elección que se calificó de triunfo, aunque de manera fría y distante por la presidenta. Y nadie ha defendido a Andy López de la responsabilidad que se le atribuye desde Palacio Nacional, sobre la baja participación y ”los tristes resultados de Morena” en Veracruz, Durango y las propias elecciones judiciales. Apueste usted, estimado lector, a que el escenario en que se resolvió la cuestión, no fue ajeno a las previsiones del equipo político de la presidenta. No ha habido poder político capaz de organizar la hercúlea tarea de ganar una elección con gran participación, sin ayuda de las estructuras de gobierno. A Andy no se le dio un voto de confianza, se le permitió cargar el fardo que él en su emoción creyó poder aguantar. Y por último, la imposición de la construcción del Museo Nacional Olmeca en Tabasco. Se difunde que va de la mano con la presentación del próximo libro del expresidente, a quien prácticamente se le atribuye la paternidad de la decisión… Pero no se opera con eficacia, prospera la idea de la destrucción del legado de Carlos Pellicer y del patrimonio cultural de los tabasqueños, además de la ecología. Y desemboca en inconformidad social y una consulta ciudadana en la que nadie cree. Conclusión: piensa mal y acertarás. La política no da parte a la ingenuidad. Las decisiones tomadas no son producto del sorprendimiento, como en el caso del Mayo, los Chapitos y la colaboración con EUA; ni de la fe en la capacidad del heredero de un carisma con fecha de caducidad; ni de la inversión para suplantar un Museo que es “la obra de su vida” de Carlos Pellicer, por otro incierto a contentillo expresidencial. Todas son decisiones bien planeadas contra el fantasma del continuismo, pero que aún consideran inoportuno descubrir su propio proyecto. [email protected]

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