⚜️TEOLOGÍA Y BIBLIA ⚜️
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June 15, 2025 at 12:31 PM
Isaías Summary Isaías Cronología • Amós comienza a profetizar 760 a.C. • Oseas comienza a profetizar 753 • Miqueas comienza a profetizar 742 • Isaías comienza a profetizar 740 • Acaz sube al trono de Judá 735 • Oseas sube al trono de Israel 732 • Israel cae ante los asirios 722 • Ezequías sube al trono de Judá 715 • Senaquerib sitia a Jerusalén 701 • Manasés sube al trono de Judá 697 • Fin del ministerio de Isaías 681 • Josías sube al trono de Judá 640 DATOS ESENCIALES: PROPÓSITO: Hacer un llamado para que Judá regrese a Dios y hablar de la salvación a través del Mesías AUTOR: El profeta Isaías, hijo de Amoz FECHA: Los sucesos narrados en los capítulos 1-39 ocurrieron durante el ministerio de Isaías, así que tal vez se escribieron aproximadamente en 700 a.C. Los capítulos 40-66, sin embargo, quizás se escribieron cerca del final de su vida, alrededor del 681 a.C. MARCO HISTÓRICO: En su mayor parte, Isaías habla y escribe desde Jerusalén VERSÍCULO CLAVE: «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados» (53.5). PERSONAS CLAVE: Isaías, sus dos hijos Sear-jasub y Maher-salal-hasbaz CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: El libro de Isaías contiene tanto prosa como poesía y utiliza personificaciones (atribución de cualidades personales a seres divinos o a objetos inanimados). Además, muchas de las profecías que aparecen en Isaías contienen predicciones que hablan al mismo tiempo de un acontecimiento que pronto sucedería y otro que sucedería en un futuro lejano. POCO A POCO se levantó y la multitud guardó silencio. Los que estaban en la parte de atrás se inclinaron hacia adelante, tratando de escuchar. La atmósfera era electrizante. Habló, y sus palabras cuidadosamente escogidas fueron como veloces flechas que dieron en el blanco. El gran hombre, vocero de Dios, estaba advirtiendo... y condenando. La multitud comenzaba a inquietarse. Cambiaban de posiciones, apretaban los puños y murmuraban. Algunos estuvieron de acuerdo con su mensaje, asintiendo con la cabeza y llorando en silencio. Pero la mayoría estaba enojada y comenzó a gritarle insultos y amenazas. Así era la vida de un profeta. El «oficio» de profeta se instituyó durante los días de Samuel, el último de los jueces. Los profetas, al igual que los sacerdotes, eran representantes de Dios. Su tarea era hablar de parte de Dios, confrontando al pueblo y a sus líderes con los mandatos y las promesas de Dios. Debido a esta posición de confrontación y a la tendencia continua del pueblo a desobedecer a Dios, los verdaderos profetas por lo general no eran muy populares. A pesar de que no escuchaban sus mensajes, proclamaban la verdad con fidelidad y energía. El libro de Isaías es el primero de los libros de los profetas en la Biblia. A Isaías, el autor, se le considera generalmente como el más grande de los profetas. Creció en un hogar aristocrático y se casó con una profetisa. Al inicio de su ministerio era bien apreciado. Pero, al igual que la mayoría de los profetas, pronto perdió su popularidad debido a que sus mensajes eran muy difíciles de escuchar. Hacía llamados a que la gente se apartara de sus pecados y les advertía del juicio y del castigo de Dios. Isaías tuvo un ministerio activo durante sesenta años antes de que lo mataran durante el reinado de Manasés (según la tradición). Como mensajero especial de Dios para Judá, Isaías profetizó durante el período de varios reyes y muchos de esos mensajes aparecen en su libro: Uzías y Jotam, capítulos 1-6; Acaz, capítulos 7-14; y Ezequías, capítulos 15-39. La primera parte del libro de Isaías (capítulos 1-39) contiene denuncias y pronunciamientos severos al hacer un llamado para que Judá, Israel y las naciones vecinas se arrepintieran de sus pecados. Sin embargo, los últimos veintisiete capítulos (40-66) están llenos de mensajes de consolación y esperanza en los que Isaías revela la promesa de Dios de bendecirlos un día a través del Mesías. A medida que lea Isaías, imagine a este hombre de Dios fuerte y valiente que proclama sin temor la Palabra de Dios, y escuche su mensaje en relación a su propia vida: regrese, arrepiéntase y sea renovado. Luego confíe en la redención de Dios mediante Cristo y regocíjese. ¡Su Salvador ya vino y volverá otra vez! Bosquejo A. PALABRAS DE JUICIO (1.1-39.8) 1. Los pecados de Israel y Judá 2. Juicio contra las naciones paganas 3. El propósito de Dios en el juicio 4. Verdaderas y falsas esperanzas de Jerusalén 5. Sucesos durante el reinado de Ezequías Por lo general, los treinta y nueve capítulos de la primera parte de Isaías expresan un mensaje de juicio por el pecado. Isaías lleva este mensaje de juicio a Judá, Israel y a las naciones paganas vecinas. Judá tenía apariencia de piedad, pero su corazón era corrupto. Las advertencias de Isaías intentaban purificar a la gente al ayudarla a comprender la verdadera naturaleza de Dios y su mensaje. Sin embargo, cerraban sus oídos a las continuas advertencias que Isaías les hacía. No cometamos el mismo error, sino escuchemos la voz profética. B. PALABRAS DE CONSOLACIÓN (40.1-66.24) 1. Liberación de Israel de la cautividad 2. El futuro Redentor 3. El futuro Reino La mayoría de los veintisiete capítulos de la segunda parte de Isaías expresan un mensaje de perdón, consuelo y esperanza. Este mensaje proyecta la mirada hacia la futura venida del Mesías. Isaías habla más del Mesías que ningún otro profeta del Antiguo Testamento. Lo describe como Siervo sufriente y como Señor soberano. Esto no se entendió con claridad hasta los tiempos del Nuevo Testamento. Basado en lo que Jesucristo hizo, Dios ofrece perdón gratuito a todos los que se vuelven a él con fe. Este es un divino mensaje de consuelo para nosotros porque los que le prestan atención encuentran paz eterna y amistad con Dios. Megatemas TEMA EXPLICACIÓN IMPORTANCIA Santidad Dios es exaltado hasta lo sumo por encima de todas sus criaturas. Su perfección moral se levanta en contraste con la gente y las naciones malvadas. Dios es perfecto y sin pecado en todos sus motivos y acciones, así que tiene el control perfecto de su poder, juicio, amor y misericordia. Su naturaleza santa es nuestro patrón de moralidad. Como Dios no tiene pecados, puede ayudarnos con nuestro pecado. Es bueno que lo veamos como el único que tiene el poder supremo y la perfección moral. Nunca debemos tratarlo como alguien común. él es el único digno de nuestra devoción y alabanza. él siempre es veraz y justo. Castigo Debido a que Dios es santo, demanda que su pueblo trate a los demás con justicia. Prometió castigar a Israel, Judá y a otras naciones por su inmoralidad, incredulidad e idolatría. La verdadera fe degeneró en una soberbia nacional y en rituales religiosos vacíos. Solo debemos confiar en Dios y cumplir sus mandamientos. No podemos abandonar la justicia ni volvernos egoístas. Si endurecemos nuestro corazón en contra de su mensaje, su castigo caerá sobre nosotros. Salvación Debido a que el castigo divino está en camino, necesitamos un Salvador. Ningún hombre ni nación puede salvarse sin la ayuda de Dios. Isaías profetiza y describe el sacrificio perfecto de Cristo por nuestros pecados. Todos los que confíen en Dios pueden ser libres de sus pecados y restaurados para él. Cristo murió para salvarnos de nuestro pecado. Necesitamos su ayuda. Está dispuesto a salvar a todos los que se aparten del pecado y acudan a él. La salvación solo proviene de Dios. Ninguna cantidad de buenas obras puede ganarla. Mesías Dios enviará al Mesías para salvar a su pueblo. Establecerá su propio reino como fiel Príncipe de Paz que gobierna con justicia. Vendrá como Señor soberano, pero lo hará como Siervo que muere para limpiar los pecados. Debemos depositar nuestra confianza en el Mesías, no en nosotros mismos ni en ninguna nación ni poder. No existe esperanza alguna a menos que creamos en él. Confíe plenamente en Cristo y permítale gobernar su vida como Señor soberano. Esperanza Dios promete consuelo, liberación y restauración en su reino venidero. El Mesías gobernará sobre sus seguidores fieles en la era que ha de venir. La esperanza es posible porque Cristo volverá. Podemos cobrar ánimo ya que existe compasión por los que se arrepienten. No importa cuán sombría sea nuestra situación actual ni cuán malvado sea el mundo, debemos continuar siendo el pueblo fiel de Dios que espera su venida. Isaías 1:1-31 ISAIAS Sirvió como un profeta de Judá desde 740-681 a.C. Ambiente de la época: La sociedad sufría grandes trastornos. Bajo el reinado de Acaz y Manasés el pueblo se volvió idólatra e incluso se llegó a sacrificar niños. Mensaje principal: A pesar del inevitable castigo a través de otras naciones, el pueblo pudo seguir disfrutando una relación especial con Dios. Importancia del mensaje: A veces tenemos que sufrir el castigo y la disciplina antes de que Dios nos restaure. Profetas contemporáneos: Oseas (753-715) Miqueas (742-687) 1.1 Isaías profetizó durante el tiempo en que Israel estaba dividida en dos reinos: Israel en el norte y Judá en el sur. El reino del norte pecó en gran manera contra Dios y el reino del sur iba en la misma dirección: perversión de la justicia, opresión al pobre, alejamiento de Dios para ir en pos de los ídolos y la búsqueda de ayuda militar en las naciones paganas en lugar de buscarla en Dios. Isaías llegó primero como profeta a Judá, pero su mensaje también fue para el reino del norte. Algunas veces "Israel" se refiere a los dos reinos. Isaías llegó a ver la destrucción y el cautiverio del reino del norte en 722 a.C. Así que su ministerio comenzó con una advertencia. 1.2-4 Aquí "Israel" se refiere al reino del sur, Judá. El pueblo de Judá estaba pecando en gran manera y no quería conocer ni entender a Dios. A través de Isaías, el Señor presentó sus cargos contra Judá debido a que se rebelaron y lo abandonaron (Deuteronomio 28). Con la violación del pacto moral y espiritual se buscaban el castigo. Dios les dio prosperidad y no lo sirvieron. Les envió advertencias y no quisieron oír. El fuego del juicio caería sobre ellos (véase 1.7). 1.4-9 Mientras el pueblo de Judá siguiera pecando, no tendría la ayuda de Dios y estaría aislado. Cuando se sienta solo y separado de Dios, recuerde que El no lo abandona. Nuestros pecados nos separan de El. La única cura segura para esta clase de soledad es la restauración de las relaciones con Dios mediante confesión de pecado, obediencia a sus mandatos y comunicación regular con El (véanse Psa 140:13; Isa 1:16-19; 1Jo 1:9 (refs3)). 1.7 ¿Se estaba produciendo esta destrucción en ese tiempo? A Judá la atacaron muchas veces durante la vida de Isaías. Ser comidos (devastados) por extranjeros era el peor tipo de castigo. Quizás este versículo sea una ilustración de los resultados de estas invasiones o una predicción de la invasión asiria que sufriría Israel. Es muy probable que señale la futura invasión de Judá por los babilonios así como la caída de Jerusalén en 586 a.C. 1.9 Sodoma y Gomorra fueron dos ciudades que Dios destruyó completamente debido a su gran maldad (Gen 19:1-25). Se mencionan en otras partes de la Biblia como ejemplo del castigo de Dios por el pecado (Jer 50:40; Eze 16:46-63; Mat 11:23-24; Jud 1:7 (refs4)). Quedaría "un resto pequeño" de sobrevivientes que Dios perdonaría porque eran fieles. 1.10 Isaías comparó a los gobernantes y pueblo de Judá con los gobernantes y pueblos de Sodoma y Gomorra. Para escuchar lo que Dios quería decir, el pueblo tenía que prestar atención y estar dispuesto a obedecer. Cuando no entendamos el mensaje quizás se deba a que no prestamos atención ni esperamos que El nos hable. 1.10-14 Dios estaba descontento con los sacrificios, pero no revocaba el sistema de sacrificios que inició con Moisés. Por el contrario, estaba haciendo un llamado a una fe y devoción sinceras. Los líderes cumplían con mucho cuidado los tradicionales sacrificios y ofrendas en las celebraciones santas, pero seguían siendo infieles a Dios en sus corazones. Los sacrificios debían ser una señal externa de fe interna, pero si faltaba la fe en Dios, las señales externas serían vacías. Entonces, ¿por qué continuaron ofreciendo sacrificios? Como muchos en la actualidad, depositaban más fe en los rituales de su religión que en el Dios que adoraban. Examine sus propias prácticas religiosas: ¿surgen de su fe en el Dios viviente? Dios no se complace de nuestras expresiones externas si falta la fe interna (véanse Deu 10:12-16; 1Sa 15:22-23; Psa 51:16-19; Hos 6:6 (refs4)). 1.13 "Luna nueva y día de reposo" se refieren a ofrendas mensuales (Num 28:11-14) y días de reposo semanales y anuales especiales durante el Día de Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos (Lev 16:31; Lev 23:34-39 (refs2)). Véase una lista de todas las fiestas en el cuadro de Levítico 23. A pesar de que el pueblo no se avergonzaba por sus pecados, continuaba ofreciendo sacrificios por el perdón. Las ofrendas y los sacrificios no significan nada ante Dios cuando surgen de un corazón corrupto. Dios quiere que lo amemos, confiemos en El y nos apartemos del pecado. Después de esto, El se agradará de nuestros "sacrificios" de tiempo, dinero y servicio. 1.18 Grana o carmesí era el color rojo intenso de una tintura que virtualmente era imposible sacar de la ropa. Tal vez las manos ensangrentadas de los homicidas se visualizaban aquí (véase 1.15, 21). Asimismo, la mancha del pecado parece ser permanente. Sin embargo, Dios puede quitar la mancha del pecado de nuestra vida tal y como lo prometió a los israelitas. No tenemos que ir por la vida manchados para siempre. La Palabra de Dios nos asegura que si estamos dispuestos y somos obedientes, Cristo nos perdonará y arrancará nuestras manchas más indelebles (Psa 51:1-7). 1.21, 22 La "ciudad fiel" se refiere a Jerusalén, que representa a toda Judá. Dios compara la conducta de su pueblo a la de una ramera. El pueblo dio las espaldas a la adoración del Dios verdadero para adorar ídolos. Su fe era pobre, impura y adulterada. La idolatría, ya sea externa o interna, es adulterio espiritual, pues el idólatra viola su compromiso con Dios por ir tras otra cosa. Jesús llamó adúlteros a la gente de sus días, aun cuando eran estrictos en lo religioso. La Iglesia es la "Esposa" de Cristo (Rev 19:7) y por la fe podemos revestirnos con su justicia. ¿Se ha vuelto impura su fe? Pida a Dios que lo restaure. Mantenga su devoción a El fuerte y pura. 1.25 Dios prometió refinar a su pueblo como un metal en una fundición. Este proceso requiere fundir el metal y limpiarlo de escorias hasta que el trabajador vea su propia imagen en el metal líquido. Debemos tener la disposición de someternos a Dios, permitiéndole limpiar nuestro pecado o nuestra imperfección hasta que reflejemos su imagen. 1.29, 30 A través de la historia, la encina ha sido un símbolo de fortaleza, pero el pueblo las adoraba. Ezequiel menciona que las arboledas de encinas se usaban como lugares de adoración idolátrica (Eze 6:13). ¿Es usted devoto de los símbolos de fortaleza y poder que se oponen a Dios, queriendo tomar el lugar de El en su vida? ¿Posee intereses y compromisos donde su amor por ellos linda con la adoración? Que Dios sea su primera lealtad. Todo lo demás desaparecerá con el tiempo y se consumirá bajo su escrutinio. 1.31 Una chispa en la estopa enciende un fuego rápido y devorador. Dios compara a los hombres fuertes cuyas malas acciones los devoran hasta arder como la estopa. Nuestras vidas pueden destruirse pronto por una pequeña pero mortal chispa de maldad. ¿Qué peligros de "incendios" potenciales debe retirar de su vida? <<< ^ >>>

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