
༆꧁𝐌𝗒 𝐠𝖺𝗋𝖽𝖾𝗇.
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𝐎𝗍𝗋𝗈 𝗉𝗈𝖾𝗆𝖺𝗋𝗂𝗈 𝗆𝖺́𝗌 𝖽𝖾𝗅 𝗆𝗈𝗇𝗍𝗈́𝗇, 𝗌𝗎𝗉𝗈𝗇𝗀𝗈.
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Nada. Querido señor; hoy no soy nada, pues nada soy. ¿Es aquello lo que tan abrumada me trae hoy? Nadie me brinda respuestas, excepto la figura en mi hogar. Dice que su nombre es “Muerte” y que me viene a llevar. Muerte es alta, lúgubre, con la cara desencajada. ¿Cara? Huesos, si eso, porque ya no tiene nada. Lo perdió todo, ¡todo! ¿Escuchaste, señor mío? Sin embargo, a pesar de eso, Muerte nunca siente frío. Dicen que el frío nace del vacío de la soledad. Muerte una vez sintió frío, así que alas decidió arrancar. Se ha vuelto asesina, con reloj de arena en mano, Guadaña en la otra para matar a los humanos. Muerte y yo nos parecemos; no somos nada. Nada, nada, y nada. Ella descansa, y yo estoy acabada. Ya no tengo tiempo, Muerte dice que nos tenemos que marchar. No he hecho ni la maleta, ¿acaso, volveremos del más allá? Querido señor; hoy no soy nada, pues nada soy. ¿Es aquello lo que tan abrumada me trae hoy? Nadie me brinda respuestas, excepto la figura en mi hogar. Dice que su nombre es “Muerte” y que me viene a llevar. La arena de mi reloj vital está al otro lado, —_”Al igual que tu vida.”_— Muerte suele decir. ¿Qué es lo que me preocupa si ya está todo acabado? Muerte solo hace su trabajo, mejor me dejo ir. —_”¿Juegas al ajedrez?”_— me sorprendí preguntando. —_”No.”_— respondió Muerte, con calma. —_”Una vez vi una foto de ti, Muerte, jugando._ _¿Era un ajedrez o una toma de almas?”_ Muerte nunca responde lo que pregunto. La respuesta es obvia, después de todo. ¿Por qué me preocupo por cariños adjuntos? Los ángeles son niños, pero luego demonios. Querido señor; hoy no soy nada, pues nada soy. ¿Es aquello lo que tan abrumada me trae hoy? Nadie me brinda respuestas, excepto la figura en mi hogar. Dice que su nombre es “Muerte” y que me viene a llevar. Mi tiempo está acabado, ahora tengo que marchar. Muerte de su lista me ha tachado, muerta debo estar. Pero aún tengo consciencia, aún puedo respirar. Mis últimos segundos no se los dedico a nadie más. Los ojos se me cierran, el sueño me invade. Hay una melancolía absoluta que me impide pensar. Ha terminado mi guerra, ¿nunca a mí me quiso nadie? Mejor me duermo ahora para soñar que me amarán.

Suerte. ¿Qué gano con decir que nada cambia mi suerte? Seguro se burlarían de mí, que nadie sepa mi sufrir. ¿Qué pierdo con aplazar un par de días mi muerte? Solo por no querer decir que ya no quiero estar aquí. Si ya no me quiero quedar, ¿por qué no puedo largarme? Si ya tengo el cohete, ¿por qué no puedo despegar? Si ya tengo el fuego, ¿por qué no puedo incendiarme? ¿Es, acaso, mi corazón el que le tiene miedo a avanzar? Nunca he acelerado, siempre freno sin cuestionar. ¿Qué más me he perdido, qué más puedo probar? ¿Qué más he dejado por las calles de San Juan? ¿Qué más he tirado, fingiendo que era normal? Fui desertora desertante, un día tuve que marchar. Fui cambiadora cambiante, un día tuve que ser normal. Fui una luna menguante, aceptando al sol. Porque, por más que me canse, debo ocultar mi dolor. ¿Qué gano con decir que nada cambia mi suerte? Seguro se burlarían de mí, que nadie sepa mi sufrir. ¿Qué pierdo con aplazar un par de días mi muerte? Solo por no querer decir que ya no quiero estar aquí. Si es que ya me he escondido, ya me he ocultado, Todo lo que alguna vez se me hizo fácil hacer. Sé cuánto he corrido, sé cuánto he soltado, ¿Por qué, en ese caso, no consigo ser fiel? Y no fiel a nadie, sino fiel a mí, a mi corazón. Creo que hasta él está harto de hacerme palpitar. Denme más razones, ¿por qué sigo aquí hoy? No se vale que me digan que un dios me tuvo que crear. Señor mío, dime, responde, ¿existes de verdad? ¿Por qué si existes dejas que suceda todo esto? Estoy harta, ¡harta! De fingir que es normal, De hacer la vista gorda y mirar las estrellas. ¿Qué gano con decir que nada cambia mi suerte? Seguro se burlarían de mí, que nadie sepa mi sufrir. ¿Qué pierdo con aplazar un par de días mi muerte? Solo por no querer decir que ya no quiero estar aquí. Para mí, no existe nada; ni siquiera la bendita suerte. Si esta existiera, ¿dónde la tengo que ir a activar? Si me toca la mala, no la buena, seguro seguiría inerte. Incluso con la peor suerte, mi vida mejorará.

India maleta. Mañana llenaré mi maleta, para irme de mi país. Si me dejan ser honesta, yo no quiero partir. El gobierno ha cometido errores, tenemos que emigrar. Muertos, heridos, dolores… El avión nos espera allá. Desde hace días, estamos armando las maletas. Mi abuela quiere llevar de todo para sus conocidos. Compró bastante tamarindo, achiote, y cajetas, Para familiares cercanos, incluso pinolillo. No me alcanza ni la ropa, lleva varios ‘souvenirs’. Tengo un par de zapatos, chinelas y sandalias. Ella dice que allá me compran, que mi tía estará ahí. Yo quiero hacer amistades, lo deseo con muchas ansias. Paso la noche sin cerrar los ojos, pensando: “¿Por qué? ¿De verdad me tengo que ir?” No me había ni subido al avión y ya me estaba cuestionando, Cual indio maleta, esperando el avión para subir. Hoy lleno mi maleta, para irme de mi país. Si me dejan ser honesta, yo no quiero partir. El gobierno ha cometido errores, tenemos que emigrar. Muertos, heridos, dolores… El avión debe despegar. Llego al aeropuerto, cubierta por si hay frío, Ahí descubro que es mental por la soledad. Mi papá me va a ver, hace mucho no sonrío. Le regalé mi sonrisa, rompió en llantos a llorar. Me da un par de dólares para que me compre algo bonito, Mi primo y yo nos fuimos a comprar un collar. Mi primo llora y llora, lo consuelo como a mi hermanito. A partir de ese momento, somos una familia más. Dejé de pensar en aquellos que no estaban donde mí, “La vida es diferente” y me forcé a sonreír. Con el alma cargada de recuerdos de mi hogar, En el avión me preguntaba si podría volver atrás. Ayer llené mi maleta, para irme de mi país. Si me dejan ser honesta, yo no quería partir. El gobierno cometió errores, tuvimos que emigrar. Muertos, heridos, dolores… El avión nos dejó acá. Soy india, con mi maleta y mi mochila, Aquí me niego a mis raíces ocultar. Nicaragüense soy, de mi tierra divina, De un gobierno horrible, que me forzó a emigrar. Tengo las manos en la tierra que cielo una noche fue, Lágrimas que me recuerdan a los llantos de los demás. Admito que soy indígena, parte de mi corazón lo es. No por estar en otro país abandonaré mi maleta. Y si se borran mis huellas y la voz se me pierde, La sangre que yo llevo sería siempre la misma. Y si piso fuerte hasta que las piernas se me quiebren, Seguiré portando en el alma marca de mi tierra antigua.

Nostalgia. Esperar en la escalera a que vuelva el que marchó, Incluso sin tener certeza de si, acaso, vuelve hoy. ¿Por qué se hace aquello? ¿Tiene alguna relevancia? Defender tus recuerdos por tener ahí nostalgia. No estoy bien, ya me cansé de fingir que sí. He esperado tanto tiempo a tener oportunidad. La escalera está desgastada, la puerta se cansó de abrir. ¿Es que ella ya no abre o nadie más lo intentará? Ya no suena, ¡ya no suena! El chirrido se ha ido, Cual niño perdido, aquel que espera a su papá. ¿Qué destino tiene aquel vencedor vencido? ¿Y el vendedor vendido por qué vende a los demás? ¿Quiénes son aquellos que se ocultan en las noches? ¿Y aquellos que huyen por cobardes? ¡Cobardes! ¡Cobardes! Eso son, cobardes. Se esconden del que aman porque saben que no son nadie. Esperar en la escalera a que vuelva el que marchó, Incluso sin tener certeza de si, acaso, vuelve hoy. ¿Por qué se hace aquello? ¿Tiene alguna relevancia? Defender tus recuerdos por tener ahí nostalgia. ¿Se defienden los bienes o se defiende el amor? Yo creo que, lo importante es el valor sentimental. Porque no importa lo que valga si está lleno de dolor, También de cartas malditas que el tiempo maldecirá. Tonterías, ¡tonterías! Solo tonterías se dirán, ¿Por qué me importan las palabras si tu boca mentirá? Ni el sol, con su luz dorada, disfraza tan bien la verdad. Y aún sabiendo que mientes, espero siempre tu amar. Un amar marchitado, cual rosa del alma. Me he dado cuenta tarde, ya no puedo escapar. Los tallos, los pétalos, las espinas de magma, Manchadas de mi sangre sucia y mi soledad. Esperar en la escalera a que vuelva el que marchó, Incluso sin tener certeza de si, acaso, vuelve hoy. ¿Por qué se hace aquello? ¿Tiene alguna relevancia? Defender tus recuerdos por tener ahí nostalgia. ¡Basta ya! ¡Que se queme esta espera maldita! Que ardan las huellas de pasos que nunca volvieron. Si el ayer no regresa, que se hunda en cenizas, Prefiero el vacío a vivir solo de recuerdos.

Ser. Serás lo que puedas, no lo que quieras ser. Porque hay variables que no dependen de ti. Qué dicha si coinciden el querer y el poder, Qué dicha si lo intentas y resulta ser que sí. Hay personas creyentes con firmeza del destino, Otros, como yo, que creemos en nosotros mismos. ¿Es, quizá, el destino que no nos hace creer? Si fuera verdadero, no sucedería lo que sucede. Y la sociedad está llena de contradicciones, Gente que cree en el satanismo y en Dios. ¿Qué somos sino mentirosos habladores? Queremos ser dioses y nos estresa la religión. Unos quieren vida eterna, para no morir jamás. ¿Es, acaso, egoísta el querer prevalecer? Pero cuando la lluvia cae, se buscan reconfortar. ¿Por qué piden la vida si no aguantan su miel? Serás lo que puedas, no lo que quieras ser. Porque hay variables que no dependen de ti. Qué dicha si coinciden el querer y el poder, Qué dicha si lo intentas y resulta ser que sí. Y no lo niego, a veces creo en lo que creen, Que mi fuerza no es suficiente para forjar un destino. Es, entonces, tontería el que lloren cuando llueve, O el que, sabiendo que es incierto, le recen al vacío. Que Dios existe y que te ayuda, ¿a quién? ¿A quién le ha sucedido tal milagro? He pedido, he rogado, no sucede, ¿por qué? ¿Por qué he de creer en dioses amargos? Tantos muertos que han habido, sufridos, Otros que tenían planes para hoy. El que ayer tenía su plan metido, ocurrido, Murió ante la presencia de un Dios. Serás lo que puedas, no lo que quieras ser. Porque hay variables que no dependen de ti. Qué dicha si coinciden el querer y el poder, Qué dicha si lo intentas y resulta ser que sí. Y tengo planes, muchos, para el día de mañana. Sin embargo, ya no sé si a mañana llegaré. Mejor vuelvo a pensar en que yo no sé nada, Pues los que todo han sabido, murieron en este mundo cruel. ¿Es mejor no saber nada, para nada cuestionar? ¿O es mejor saberlo todo pero quererse matar? Yo prefiero saber algo, esperanza temporal. Pues el que lo sabe todo, no tiene para averiguar. Y, los que lo saben todo, no son lo que quieren. Quizá fueron escritores, y ellos querían volar. Volar es imposible si ya te pusieron pegues, Si te rompieron las alas para no tener final. Serás lo que puedas, no lo que quieras ser. Porque hay variables que no dependen de ti. Qué dicha si coinciden el querer y el poder, Qué dicha si lo intentas y resulta ser que sí.

Sangre. La sangre se pudre en mis adentros, triste. ¿Qué soy yo sino una desdicha de la sociedad? La sangre clama por sangre, ¡qué chiste! La mía, ni aunque esté podrida, podría mejorar. ¡Qué desgracia me he vuelto, señor mío! Ni un milagro celestial me podría ayudar. ¿Qué hago yo ahora con mi corazón marchito, Que en desgastes y lamentos no deja de llorar? Me miro al espejo, con la cara destruida, Conforme pasen los días me moriré. Y no me muero con el corazón, me muero en vida, Cual luz extinguida, no me salvaré. Tengo el alma desgarrada, desangrada, A pesar de eso, aún no parece mía. La sangre me escuece, atormentada, Me matará si sigue así de corrompida. La sangre se pudre en mis adentros, triste. ¿Qué soy yo sino una desdicha de la sociedad? La sangre clama por sangre, ¡qué chiste! La mía, ni aunque esté podrida, podría mejorar. Oh, ¡alma mía que he querido sacrificar! Ni aún vendiéndola me podré santificar. Me he atribulado, marchitado, he abandonado mi miel. ¿Qué es aquel que ha dejado lo que le hacía ser él? Estoy perdida entre palabras angustiadas, Libros sin portadas porque los rompí. No necesito denominar mis jugadas, Necesito ser libre, pues ya no quiero huir. Me he escondido detrás de ventanas sucias, Evitando el limpiarlas para que no me vean. Reflejan sombras y viejas astucias, De aquellos que vienen, mas nunca se quedan. La sangre se pudre en mis adentros, triste. ¿Qué soy yo sino una desdicha de la sociedad? La sangre clama por sangre, ¡qué chiste! La mía, ni aunque esté podrida, quisiera mejorar. Hoy desde lejos se huele mi sangre putrefacta, Mi cuerpo podrido, que aún se puede mover. Soy solo un cadáver de alma compacta, Condenado al hambre de no fallecer.

La idiota. Yo soy una tonta con corazón, pero sin cerebro. Ellos tontos con cerebro, pero sin corazón. Todos somos infelices, todos sufrimos. Eso te demuestra la injusticia del mundo. ¿Karma? No, yo no creo en aquella superstición. Todo se debe a lo que hagas, “acción tiene reacción”. Desde pequeña, así ha sido, no esperen un cambio hoy. Nada me ha favorecido, excepto el piso donde estoy. Algunos dicen que tengo la cabeza en las nubes, Otros, que a la tierra me he de aferrar. ¿Qué locura es aquella? A ellos no les incumbe. El que asegura algo es porque sabe de los demás. Ignorantes, ¡ignorantes! Eso, solo eso son. Ignorantes sin conocimiento en el corazón. Hay alguno sin cerebro, otro con falta de amor. Hay alguno que ha sufrido y la tierra nunca le ayudó. Yo soy una tonta con corazón, pero sin cerebro. Ellos tontos con cerebro, pero sin corazón. Todos somos infelices, todos sufrimos. Eso te demuestra la injusticia del mundo. Hay alguno que ha sido amable, caritativo. ¿Crees que alguna vez ganó algún incentivo? Nadie le pagó, nadie le dio las gracias. El mundo se ha acostumbrado a sufrir puras desgracias. Alguien cae y le das la mano, ¿crees que agradecerá? Te toma el brazo entero, si eso le favorecerá. Aunque seas tú su salvador, nadie lo verá así; Te verán como el tonto al que le dieron liebre por colibrí. Gato por liebre, dice aquel conocido refrán. Yo creo que es conocido por el que trampas hará. Cuando alguien piensa en algo, sabe que lo puede hacer. Lo encapsulan como “miedo” y lo intentan esconder. Yo soy una tonta con corazón, pero sin cerebro. Ellos tontos con cerebro, pero sin corazón. Todos somos infelices, todos sufrimos. Eso te demuestra la injusticia del mundo. Y no, te juro que no era tonta, era confiada. Antes confiaba en que aún quedaba bondad. Quizá yo soy la idiota de la cara manchada, Porque al fin me he dado cuenta de que no hay nada más. No tengo nada, nada de lo que me gustaría tener. Porque, por más que he ayudado, nadie me ayudó a mí. Anduve en una carrera, alguien se cayó y yo dejé de correr, Todo con el fin de ayudar a alguien para que sea feliz. ¿Y crees que yo fui feliz al ayudar? Oh, ¡y tanto! Pero la felicidad es tan efímera que pronto me olvidé. Quedó la cicatriz, la herida, de mi brazo arrancado, Obra de aquellos aprovechados a los que un día ayudé. Yo soy una tonta con cerebro, pero sin razón. Ellos tontos con cerebro, pero sin corazón. Todos somos infelices, todos sufrimos. Eso te demuestra la injusticia del mundo.

Otra bala. ¿Qué me faltó para que me quisieras? Si yo te lo di todo, mi vida entera. Me quedé vacía, rota, en pedazos, Sangrando el alma entre mis brazos. Me lo llegas a pedir, te doy otra oportunidad. Una oportunidad más, ¿qué problema habría? Si me vuelves a mentir, me vuelves a disparar. Te daría otra bala más, ¿me dispararías? ¿Dónde me apunta esta bala? ¿Acaso, va directo al corazón? ¿Por qué confíe y te di otra? Quizá la idiota soy yo. Si me lo pidieras, te daría la bala sin rechistar. Aunque me puedas matar, te volvería a querer. Porque, a pesar de que me puedas traicionar, Confío en que uno no se encuentra a la misma persona otra vez. ¿Qué me faltó para que me quisieras? Si yo te lo di todo, mi vida entera. Me quedé vacía, rota, en pedazos, Sangrando el alma entre mis brazos. ¿Me sangra el alma o me sangra el corazón? ¿Me sangra la cabeza? ¿Dónde disparaste hoy? A la próxima, sé gentil, sino, no podré confiar. Más bien dicho, porque mi vida no lo soportará. Dispara hasta que pierda la consciencia, Que suene “¡Bang!” el disparo de la traición. Dispara, dispara hasta que me pierda, Que no sienta nada, que ya no sea yo. Pero ya no importa, he de admitir… No habrá otra situación, no volverás. Tú no valoras lo que yo haría por ti, Sino el amor de aquel que no te voltea a mirar. ¿Qué me faltó para que me quisieras? Si yo te lo di todo, mi vida entera. Me quedé vacía, rota, en pedazos, Sangrando el alma entre mis brazos. Los seres humanos nos enamoramos de quien no nos ama, Castigo divino por no haber amado a quien nos amó. Así que ahora, por más que compres balas, La persona que amas nunca te dará atención.

Refugio. Quiero hablar de todo con al menos una persona, Justamente a como platico conmigo misma. Sin filtro, sin pausas, sin miedo al silencio, Como si el mundo fuera absurdamente nuestro. He buscado varios refugios entre la hipocresía de la sociedad, Sobra decir que únicamente he encontrado soledad. ¿De qué me sirve que haya sangre, gente que me protegerá? ¿Me protegerán? No es cierto, solamente fingirán. Porque las personas fingen ser algo que no son, Porque luego te intentan confundir el corazón. “La sangre clama por sangre”, solían decir. Y el poeta de aquello, ¿no buscaba mentir? ¿Qué refugio hallaré sino alguno efímero? Tan efímero como las opiniones de los demás. Promesas que cambiarán por cualquier estímulo, Verdades que, al sol aparecer, fallecerán. Quiero hablar de todo con al menos una persona, Justamente a como platico conmigo misma. Sin filtro, sin pausas, sin miedo al silencio, Como si el mundo fuera absurdamente nuestro. Entre las millones de personas existentes, No hay ni una, ni una, en la que pueda confiar. De tanto escuchar diluvios en mi mente, Tendré demencia severa antes de ser mayor de edad. ¡Qué locura! ¡Qué loquera! ¿Dónde voy a terminar? ¡Vaya gracia! ¿Quién lo quiera? ¿Con qué podré platicar? Han pasado tantos días, ya no puedo ni pensar. Esta pequeña mente mía la cordura me robará. Los fantasmas de mi mente se han aburrido de mí, Dicen que ahora estoy demente, que parezco un colibrí. ¿Un colibrí? Son bonitos, mas no me representan. Lo mío es ser errática, alma que se fragmenta. Quiero hablar de todo con al menos una persona, Justamente a como platico conmigo misma. Sin filtro, sin pausas, sin miedo al silencio, Como si el mundo fuera absurdamente nuestro. Mejor me rindo respecto a lo encontrar un hogar, Admito que no encontraré a nadie digno de mi pensar. Porque, entre volverme loca y buscar locamente a alguien más, Yo prefiero perderme a mí misma antes que perder mi paz.

Elección. No existe ninguna elección “correcta”, Ni una que duela menos que las demás. Siempre hay alguien a quien le afecta, A como todos dicen: un daño colateral. Pobre y desdichado aquel que eligió por alguien más, A pesar de saber que esa decisión le perjudicaba. ¿Es posible querer tanto como para llegarte a sacrificar? ¿Es sensato amar tontamente sin temer por nada? Las personas, los amores vacíos, el cielo frío, Todo, todo, es efímero de cualquier modo. ¿Por qué cuesta aceptar que todo se irá? ¿Por qué la gente jura que su amor perdurará? Los sentimientos son extraños, hoy están mañana no. Necesitamos a alguien que piense lo mismo dos días. La estabilidad es remota, a veces, rotunda negación, Para algunos es un tema del que no conocían. No existe ninguna elección “correcta”, Ni una que duela menos que las demás. Siempre hay alguien a quien le afecta, A como todos dicen: un daño colateral. Quizá eliges a alguien por lo que te pueda ofrecer, Dejando a quien te ama con tres rosas de cristal. ¿Qué tan egoísta eres si prefieres cualquier bien? Quizá al que dejas con tus rosas hoy se las quiere clavar. Hay elecciones, y muchas. Solo las tienes que buscar. ¿Y si dejas al amor por cualquier cosa material? ¿Por qué viven aquellos que siempre buscan querer? ¿Esperan a alguien que un día solo se fue? Como cuando de niño te regalaban algún juguete, Lo normal era cambiarlo por el juguete anterior. ¿Quién siquiera piensa en qué si eso sucede? Solo vemos lo presente ante nuestros ojos de rencor. No existe ninguna elección “correcta”, Ni una que duela menos que las demás. Siempre hay alguien a quien le afecta, A como todos dicen: un daño colateral. Hoy lo acepto, no todos los amores nacieron para ser vividos. Hay unos que, sin ser forjados, morirán antes de nacer. Amores que están hechos solo porque son fingidos, Otros que no fueron porque el tiempo no los quiso tejer.